Las vacaciones de Almudena Ariza y qué hace para que no le moleste nada ni nadie: "Me encanta"
La periodista se desconecta del mundo cada julio donde cambia las coberturas internacionales por el bañador, las cazuelas y la calma familiar

Las vacaciones de Almudena Ariza y qué hace para que no le moleste nada ni nadie: "Me encanta"
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Almudena Ariza ha vivido en Jerusalén, ha cubierto conflictos en Siria, ha recorrido Gaza bajo bombardeos y ha trabajado en hospitales en plena emergencia humanitaria. Pero hay un mes al año en el que la periodista se desconecta del mundo, se pone el bañador y se convierte en lo que ella misma llama "maruja 100%". Y lo disfruta sin culpa: "Me encanta".
"Ese mes de julio no me molesta nadie", cuenta en SER Aventureros. "Alquilo una casa cerca de la playa, entre Cádiz y Málaga, y estoy todo el día en bañador, haciendo comida, yendo al Mercadona… y no salgo. Ni me visto. Y soy feliz".
Ariza, que actualmente vive en Bogotá, defiende que ese paréntesis es necesario para reconectar con lo esencial. "Es el único momento del año en el que puedo estar con mi madre, mis hermanos, mis primos, mis sobrinos… con los míos", explica. "Ahí hago el papel que no hago el resto del año. Estoy 100% dedicada a mi familia".
La periodista, que ha cubierto huracanes en Estados Unidos y terremotos en Oriente Medio, tiene una forma de viajar muy distinta a la del turista convencional. "Yo suelo ir a los sitios de donde la gente sale", dice. "Recuerdo ir por carreteras vacías mientras todo el mundo huía de un huracán. Esa sensación de ir hacia donde nadie quiere estar es muy particular".
Su vida está marcada por la incertidumbre, y ella la abraza. "Me manejo bien con la incertidumbre", confiesa. "No me gusta organizar los viajes. A veces me dicen 'te vas', y ni siquiera sé dónde. Me preparo en el avión, me hago un briefing a mí misma y llego sin saber qué me voy a encontrar".
En Colombia, donde reside desde hace un mes, ha encontrado algo que le emociona tanto como una buena cobertura: la amabilidad. “Desde el portero que te desea una bonita mañana hasta los compañeros que te reciben con arepas y café, todo es acogida”, dijo. Tanto le ha impresionado que ha lanzado una propuesta a la UNESCO: que reconozca la amabilidad colombiana como patrimonio inmaterial de la humanidad. "Me parece que han desarrollado un arte. Es una forma de dirigirse a los demás que deberíamos proteger".
Y aunque ha vivido en países tan distintos como Israel, "una sociedad tóxica, enferma, que ha normalizado la violencia y el odio", o Noruega "todo es perfecto, pero carísimo", Ariza celebra cada etapa con la misma filosofía: adaptarse, sorprenderse y vivir con intensidad.
"Creo que son más las sorpresas en positivo que nos da la vida que las negativas", dijo. Y por eso, cuando puede elegir, elige la calma. Elige el sur, elige julio.




