¿Por qué los nombres raros en la carta están pensados para que preguntes?
La asesora gastronómica Alejandra Ansón explicó uno de los secretos mejor guardados de la hostelería moderna

Un plato de pasta. / NurPhoto

En el podcast Cómo Comes, la asesora gastronómica Alejandra Ansón explicó uno de los secretos mejor guardados de la hostelería moderna: los nombres complicados o sugerentes en las cartas no son casualidad, sino una estrategia para despertar la curiosidad del comensal.
Ansón, que asesora a algunos de los restaurantes más reconocidos de España, subrayó la importancia del naming de los platos, es decir, cómo se bautizan las recetas en una carta. “Es algo que hay que trabajar a muerte”, aseguró. “Desde las cosas más clásicas y directas, a las más afrancesadas o aspiracionales, todo depende del concepto del restaurante”.
La experta explicó que hoy en día conviven distintas tendencias: desde las cartas que apuestan por términos sofisticados —“crujiente”, “espumoso”...,— hasta las más minimalistas, que solo mencionan tres ingredientes clave del plato. “Esa es una manera súper contemporánea, muy de cocinas basadas en producto, pero con mezcla y originalidad”, detalló.
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Sin embargo, Ansón reconoció que algunos nombres se diseñan deliberadamente para generar dudas y provocar la interacción con el cliente. “Intentamos que la gente entienda lo que pone en el plato, pero muchas veces también ponemos cosas que no entiendes para que le preguntes al camarero, y el camarero te pueda conquistar con un plato que es más difícil de vender”.
Detrás de esos términos misteriosos, hay algo más que estética o tendencia: una oportunidad para conectar con el cliente y vender la experiencia, no solo la comida.




