¿Y si nos vamos con China?
Si cualquier Gobierno español ofreciera el alquiler de las bases militares españolas de Rota y Morón a China, pensaríamos que se ha pasado de rosca

Madrid
Que Donald Trump era un maleducado, ya lo sabíamos. Que era y es un fatuo, un corrupto, un defraudador fiscal y un cliente prostibulario, también. Allá él, allá él con la Hacienda norteamericana y con su sufrida familia.
Pero lo que resulta intolerable es que amenace a los aliados más fieles de EEUU, como España, con imponerle atrabiliarios aranceles específicos. Que una y otra vez le chantajee para dictarle un disparatado nivel de gasto militar a fin de vender sus máquinas de matar y sanear así las cuentas del Pentágono.
España en cambio, es un país cortés, que responde en positivo, y solo recuerda que es un aliado leal y fiable.
Si no fuera así, si al Gobierno español, a cualquier Gobierno español, se le ocurriese responder a las insidias del magnate corrupto ofreciendo el alquiler de las bases militares españolas de Rota y Morón, digamos… a China, ¿qué pensaríamos? Que se había pasado de rosca, claro. Eso no se le hace a un aliado tan antiguo y tan simpático como EEUU.
Pero eso sería una respuesta solo equiparable a la idiotez de atacar a la economía de un amigo. El presidente norteamericano lo ignora casi todo, solo es capaz de leer un informe resumido en un folio. Ignora que la política comercial exterior española no la gestiona Madrid, sino Bruselas. Y Bruselas ya ha recordado que no está ahí para traicionar a sus socios. La Unión Europea es más patriota española que Feijóo y Abascal, siempre dispuestos a traicionar la rojigualda si así perjudican al sanchismo.

Xavier Vidal-Folch
Periodista de 'EL PAÍS' donde firma columnas y colaborador habitual de la Cadena SER, donde publica...




