Davide Ancelotti vive su peor momento en el Botafogo: del sueño familiar a la crisis en el banquillo brasileño

En su primera experiencia como primer entrenador, Davide Ancelotti está viviendo una auténtica pesadilla en Brasil. Lo que debía ser el inicio de una prometedora carrera al frente del banquillo del Botafogo se ha convertido en una sucesión de tropiezos inesperados. El club carioca venía de firmar una temporada histórica: campeón del Brasileirão con 79 puntos —seis más que el Palmeiras— y, además, vencedor de la primera Copa Libertadores de su historia. Bajo la dirección de Artur Jorge, el equipo rompió una sequía de casi tres décadas sin títulos nacionales y devolvió a la hinchada la ilusión perdida desde 1995. Una de las estrellas de aquella gesta fue el venezolano Savarino, autor de ocho goles entre todas las competiciones.

Botafogo ha ganado uno de los últimos cinco partidos

El listón, por tanto, estaba altísimo. A Davide Ancelotti le tocaba recoger el testigo de un entrenador que había hecho historia. Su currículum, aunque sin experiencia al mando, inspiraba respeto: había sido el fiel escudero de su padre, Carlo, durante una de las etapas más gloriosas del Real Madrid, donde juntos conquistaron Ligas y Champions entre otros títulos. Cuando el veterano técnico decidió aceptar el desafío de dirigir a la selección de Brasil, Davide encontró en el Botafogo la oportunidad de mantenerse cerca de él y continuar su formación en un entorno familiar.

Sin embargo, la realidad ha sido muy distinta a la soñada. El equipo apenas ha sumado una victoria en los últimos cinco partidos de liga —un 2-1 ante Bahía—, además de un empate y tres derrotas. La más reciente, un doloroso 0-3 en casa frente al Flamengo, encendió todas las alarmas. Durante la primera mitad, los de Davide resistieron con orden pese al gol inicial de Pedro, pero en la segunda parte el equipo se desmoronó por completo. Gonzalo Plata, exjugador del Real Valladolid, cerró la goleada y dejó al Botafogo hundido moralmente.

Flamengo se burló de Botafogo en redes sociales

El golpe ha sido tan duro que ya resulta imposible pelear por el título. A 18 puntos del líder, el club ha caído hasta la quinta posición, fuera de los puestos de clasificación directa para la Libertadores. Para colmo, el derbi tuvo un epílogo cargado de polémica. Tras el encuentro, el Flamengo se burló en redes sociales con un mensaje irónico: “Buen partido, Flamengo”, en alusión a “Good Game”, la empresa que el Botafogo contrató para monitorear el desempeño arbitral tras sus recientes quejas ante la CBF.

De hecho, el día previo al clásico, el club había emitido un comunicado explicando que se reunió con la Confederación Brasileña de Fútbol para exigir arbitrajes profesionales e imparciales. La delegación, encabezada por el director deportivo Leonardo Coelho, pidió garantías contra presiones externas y reiteró que continuarán supervisando las actuaciones arbitrales mediante esa misma empresa.

Mientras tanto, la clasificación aprieta. Con 43 puntos, el Botafogo ve cómo Mirassol se escapa en la lucha por la cuarta plaza y como Bahía, con los mismos puntos y dos partidos menos, amenaza su posición. Fluminense, algo más atrás, con 38 y también con duelos pendientes, aún sueña con alcanzarlos. En la parte alta, Flamengo sigue a solo tres puntos del Palmeiras, al que recibirá este domingo en Maracaná.

Davide Ancelotti tiene por delante un desafío mayúsculo: revertir una dinámica negativa, recuperar la confianza de un vestuario golpeado y demostrar que su apellido no solo se hereda, sino que también se honra en los banquillos.