"Casi obsesivo en su relación con el cuerpo": el estado de forma de Luis Enrique marca tendencia en Francia
El entrenador del PSG ha revolucionado las redes sociales por su gran estado de forma. Sigue un entrenamiento similar al de un jugador en activo

Luis Enrique celebrando el Cruyff Trophy / Xavier Laine

Luis Enrique se ha ganado, por méritos propios, un lugar de honor en la historia del París Saint-Germain. No solo es ya el técnico más influyente que ha pasado por el club, sino también uno de los entrenadores más carismáticos que ha conocido la Ligue 1. Bajo su dirección, el PSG ha alcanzado un nivel de exigencia física y mental inédito; sus futbolistas parecen responder a un patrón común de intensidad, disciplina y energía. Desire Doué es el ejemplo más reciente: una joya moldeada a imagen del método Luis Enrique, con un estado físico descomunal y una técnica que brilla al servicio del colectivo.
Sin embargo, en los últimos días el foco mediático no ha estado sobre ningún jugador, sino sobre el propio técnico asturiano. A sus 55 años, Luis Enrique ha sorprendido a la prensa francesa por su forma física, digna de un deportista profesional. “No puedo entrenar como un atleta porque tengo 55 años; soy más un abuelo que un profesional de alto nivel. Pero me gusta mantenerme activo, hacer deporte es importante para mí como persona”, confesó en una entrevista con L’Équipe.
"Casi obsesivo en su relación con el cuerpo"
Su pasión por el ejercicio no es ningún secreto. En Francia es habitual verle recorrer las carreteras sobre su bicicleta, una afición que combina con la intensidad de los banquillos. Tras conquistar la Champions con el PSG, se hizo viral al publicar un vídeo pedaleando y cantando a capela el himno del club parisino, una imagen que muchos aficionados guardan aún en la retina.
Para él, el ciclismo es algo más que un hobby: es un ritual de equilibrio mental. Suele montar antes y después de los entrenamientos para desconectar, aunque sus rutas más largas las reserva para Barcelona, donde aprovecha los parones internacionales para diseñar sesiones físicas más exigentes. Su dedicación roza la obsesión; en septiembre, una caída durante uno de sus recorridos le provocó una fractura de clavícula, sin que ello mermara su rutina ni su carácter incansable.
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L’Équipe lo define como “un atleta total, casi obsesivo en su relación con el cuerpo”. Y es que Luis Enrique cuida cada detalle: comienza el día con un café escogido con mimo junto a su cuerpo técnico y mantiene una dieta equilibrada, rica en verduras y productos naturales. Pero incluso la disciplina tiene resquicios para el placer. El asturiano rara vez sale tras los partidos, aunque cuando lo hace, elige restaurantes discretos en el oeste de París y se permite una copa de buen vino. “Su único vicio”, dicen quienes le conocen.
Luis Enrique vive, entrena y compite como si el cuerpo fuera el reflejo del alma. Y en el PSG, su exigencia se ha convertido en una filosofía de vida.

Marcos Gómez-Díaz
Periodista deportivo en la Cadena SER, con una pasión inagotable por el fútbol y su capacidad para emocionar....




