Una sumiller revela cuál es la copa perfecta para disfrutar de un buen vino: "La experiencia se vuelve mucho más sensorial"
Eleonora Ivanova ha remarcado que el grosor es muy importante

Una sumiller revela cuál es la copa perfecta para disfrutar de un buen vino: "La experiencia se vuelve mucho más sensorial"
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Madrid
España es uno de los mayores productores y exportadores de vino del mundo. Además, la población tiene una gran cultura vinícola, sustentada por las regiones que elaboran esta bebida y cuyos productos dan la vuelta al mundo, como La Rioja, la Ribera del Duero o el Priorat. Pero detrás de esta gran pasión hay multitud de hábitos que pueden hacer que la experiencia de tomar vino sea aún mejor y, sobre todo, permitir evaluarlo de manera correcta.
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Àngels Barceló y el equipo de Hoy por Hoy se han desplazado a Aranda del Duero donde ha estado la sumiller Eleonora Ivanova, quien trabaja en uno de los mejores restaurantes de España: El 51 del Sol. Allí ha revelado las claves para escoger la copa adecuada con la que disfrutar de un buen vino.
Ivanova ha señalado que "la finura" de la copa es clave y "nos sirve para evaluar muy bien un vino". La sumiller ha incidido en la importancia de que la copa esté totalmente limpia: "que no tenga restos de abrillantador, de cal, que no tenga gotas ni olores, porque al final eso sí puede empeorar las primeras sensaciones de un vino".
Barceló ha reparado entonces en que todo este cuidado debe ser un trabajo muy laborioso en cualquier restaurante, y la sumiller ha hecho hincapié en que, por ello, desde el punto de vista del hostelero, es importante "adaptar la vajilla a la capacidad y al tipo de cocina".
Ivanova ha resaltado que, dependiendo de si se trata de un bar o un restaurante, y del número de clientes, la copa varía mucho. Aunque el grosor del cristal es importante, un sumiller tiene que obviar este detalle y que no le afecte.
"Tengo que ser capaz de evaluar o catar un vino separando esto, obviándolo. Porque no siempre, por logística, se puede catar algo en el cristal más fino, el más brillante. Entonces tienes que evadirte", admitía Ivanova.
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La sumiller, pese a ello, y a que los profesionales deben tener esta habilidad, ha remarcado que, a la hora de catar vino, "cuanto más fino sea el cristal, mejor, porque nos completa la experiencia. El cristal grueso obstaculiza un poco".
El grosor de la copa es importante pero no decisivo
Ivanova ha sentenciado asegurando que en una copa de cristal fino "todo es mucho más suave, elegante y la experiencia se vuelve mucho más sensorial. Pero, organolépticamente, da igual”: el grosor del cristal no debería aportar nada al sabor ni a la calidad de los vinos.
En el mundo, "hay unos enólogos y unos bodegueros maravillosos que saben lo que tienen que hacer con el vino, cómo quieren que llegue al consumidor, y en todo lo que aportemos después para servirlo debe prevalecer su trabajo".




