Esta película, alabada por muchos, no incluye ni un solo personaje femenino

Madrid

Peter Weir es un director de cine australiano que llevó a cabo largometrajes como Gallipoli, El año que vivimos peligrosamente, Único testigo, El club de los poetas muertos o El show de Truman. En 2023, le dieron un Óscar honorífico por toda su trayectoria y, actualmente, a sus 81 años, está retirado del cine.

La penúltima película que hizo fue Master and Commander: Al otro lado del mundo, basada en serie de novelas de aventuras marinas escritas por el inglés Patrick O'Brian. Este film vio la luz en 2003, la protagonizó el actor, director y productor Russell Crowe y devolvió a los espectadores el gusto por las aventuras marineras de clásicos como El temible burlón, Moby Dick o El hidalgo de los mares.

La mayoría de la película transcurre en alta mar, pero algo más sorprendente es que no hay ni un solo personaje femenino. "No veo ninguna mujer" y "¿Qué? ¿No hay mujeres? No es natural", destacan los propios personajes en el film. Ambos datos tienen su explicación. La película tiene lugar a bordo de un barco a principios del siglo XIX, durante las guerras napoleónicas y, en este tipo de flotas, no viajaban señoras. "Caballeros, por las esposas y las amadas", vaticinaba un personaje en el largometraje.

Aquel barco estaba comandado por el capitán Aubrey, al que llamaban Jack el afortunado, inspirado en una persona real: un marino escocés que luchó en la marina británica contra los barcos de napoleón y, posteriormente, colaboró en la independencia de Chile y Perú. Este marino, al igual que el personaje de la película, dominaba el arte de la navegación con total maestría.

El largometraje comienza directamente en el mar, por lo que el dibujo de los personajes lo va ofreciendo Weir a medida que avanza esta historia de aventuras en alta mar para todos los tripulantes. Este barco inglés deberá superar grandes contratiempos atmosféricos, tales como los que azotan el temible paso del Cabo de Hornos. Tras superar todo tipo de adversidades, el último tramo de la película muestra una batalla final emocionante, de un realismo y una espectacularidad que nunca antes se había visto en el género.