Cómo España se ha convertido en un enclave esencial de la ultraderecha internacional

Madrid

Es habitual ver a Santiago Abascal rodeado de otros líderes de la ultraderecha internacional en los actos que Vox convoca periódicamente. El último ejemplo es el de Europa Viva 25, una cita en la que Vox consiguió reunir (en vídeo) a la italiana Giorgia Meloni, al presidente de Argentina, Javier Milei, al presidente de Paraguay, Santiago Peña, y a otros líderes internacionales. La ultraderecha ha tejido en estos últimos años una fuerte red de alianzas internacionales y España es un enclave importante en esa red, según un estudio elaborado por l'Associació Drets Sexuales i Reproductius.

De acuerdo con el informe, la ultraderecha española ejerce como "bisagra entre Europa y América Latina" en este intercambio de ideas ultras. Lo ha hecho durante muchos años a través de diferentes asociaciones culturales y religiosas, pero se ha consolidado "sobre todo después del surgimiento de Vox como expresión política e institucional", explica una de sus autoras, Sonia Corrêa.

Según el historiador y profesor de la Sorbona Darío Varela, Vox puede hacer de puente porque las fuerzas de ultraderecha europeas "no tienen esa tradición de estar en contacto con líderes latinoamericanos". Tampoco Estados Unidos puede ocupar ese lugar, "porque no es un intermediario natural entre Europa y América Latina", señala.

Gracias a las alianzas internacionales que Vox intenta liderar, la extrema derecha va imponiendo poco a poco sus postulados más radicales en asuntos como el aborto o la identidad de género. Mientras la derecha tradicional, según Varela, asume la retórica "por miedo a quedarse rezagados, porque tienen una competencia cada vez mayor".