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Cine y TV

Actriz de cine, estrella en el teatro musical y leyenda de la televisión

El 16 de octubre se celebró el centenario del nacimiento de Angela Lansbury

A Angela Lansbury muchos la recuerdan sobre todo por su papel de señora Fletcher en la serie de televisión Se ha escrito un crimen. Sin embargo, la actriz tuvo también una fructífera carrera en el cine y en el teatro. Una de las curiosidades de su carrera cinematográfica era que, a menudo, interpretaba a mujeres mucho mayores de su verdadera edad. En la película Amor en Hawái, por ejemplo, hacía de madre de Elvis Presley, aunque solo tenía diez años más que él. Ella 36 y Elvis 26. Más notorio era el caso de El mensajero del miedo. Angela solo era tres años mayor que su hijo en la película, Laurence Harvey, e interpretaba su papel sin ningún tipo de maquillaje especial.

Angela Lansbury nació en Londres el 16 de octubre de 1925. Su madre era actriz; su padre murió cuando ella tenía nueve años y su abuelo, George Lansbury, fue una destacada figura del partido laborista inglés, llegando a ser candidato a primer ministro. Angela era solo una adolescente cuando estalló la Segunda Guerra Mundial y comenzaron los bombardeos alemanes sobre Londres. Su madre no quiso separarse de sus hijos y consiguió embarcarse con ellos en el último buque que pudo abandonar el país con dirección a los Estados Unidos. “Fuimos evacuados en 1940 y llegamos a los Estados Unidos sin un centavo. Tenía 14 años”, recordaba la actriz.

En Nueva York Angela consiguió una beca para estudiar arte dramático, al tiempo que hacía todo tipo de trabajos para ganarse la vida. Más tarde la familia se mudó a Los Ángeles, ya que la madre intentaba abrirse camino en Hollywood como actriz, pero fue su hija la que en 1944 consiguió debutar en el cine con un papel en la película Luz que agoniza de George Cukor. Tenía 19 años y daba vida a la descarada sirvienta de Ingrid Bergman y su intrigante marido Charles Boyer. “Gracias a Dios tenía ya cierta preparación como actriz; había ido a la escuela de teatro; no era una novata del todo y era un papel maravilloso, muy sexy. Además, era un momento increíble, imagina lo que significaba hacer una película en los estudios de la Metro en su época dorada, a comienzos de los años 40”, explicaba.

Con su primera película, Luz que agoniza, Angela Lansbury fue nominada al Oscar a la mejor actriz de reparto. Nominación que repetiría al año siguiente con su segundo film: El retrato de Dorian Gray. Esta vez la actriz interpretaba a una joven que, tras quedar embarazada y ser abandonada por el protagonista, se quitaba la vida. La carrera de Angela Lansbury no podía empezar mejor. Dos películas, dos nominaciones al Oscar, aunque no consiguiese llevarse la estatuilla. “Creo que es un obstáculo ganar el premio de la Academia cuando eres muy joven porque tiendes a pensar mucho lo que harás a continuación y a veces no haces nada”, afirmaba la intérprete.

A ella, desde luego, no le faltó el trabajo interpretando papeles secundarios en todo tipo de películas como El estado de la Unión, Los tres mosqueteros o Sansón y Dalila. “No tenías opción. Tuve algunos problemas porque me eligieron para hacer papeles en algunas películas que no me interesaban en absoluto, pero al estar bajo contrato tenía que hacerlas. Yo era una profesional y por lo tanto estaba siempre lista para ponerme el vestuario, meterme en el personaje y ser otra persona distinta”, decía.

Sin embargo, su contrato con la Metro terminó en 1952 y la actriz se iba a dedicar en esa década, sobre todo, a la televisión. “Hice muchísima televisión, muchísima. Era mi principal forma de ingreso. Había dejado la Metro, no tenía contrato con otro estudio y no me ofrecían muchos papeles en el cine. Hacer televisión era la salida lógica que tenía. No pagaban muy bien, pero sí lo suficiente para poder pagar mis recibos”, reconocía Lansbury.

En el cine se prodigaba poco, pero de vez en cuando dejaba algún papel memorable como el de la amante alcohólica de Orson Welles en El largo y cálido verano de Martin Ritt. Sin embargo, el que probablemente sea su mejor trabajo llegó en 1962 con El mensajero del miedo, película que le valió su tercera nominación al Oscar. Angela Lansbury daba vida a la escalofriante y manipuladora madre de un ex prisionero de guerra que era programado para formar parte de una conspiración política. “El mensajero del miedo fue un gran éxito y tiene que ocupar un lugar destacado en mi carrera. Sin duda es el mejor papel que me dieron la oportunidad de interpretar en el cine”, admitía siempre.

A mediados de la década de los 60 y ya sobrepasados los 40 años, Angela Lansbury debutó en Broadway, donde acabaría convirtiéndose en una de las actrices más brillantes que ha conocido el teatro musical norteamericano. Su primer gran éxito fue Mame, por la que ganaría su primer Tony. Después vendrían Gypsy, Sweeney Todd y otras que le harían ganar otros cuatro premios Tony más. “Como mujer fue lo más emocionante y satisfactorio que me ha ocurrido. Fue un cambio radical para mí. Me despojé de toda la monotonía de los años anteriores, de todos los personajes pequeños que había hecho en el cine durante largo tiempo”, confesaba.

En 1971 llegó otro de sus mayores éxitos en las pantallas cinematográficas: La bruja novata, una película Disney que mezclaba acción real y animación. Y también en los años 70 ocurrió un hecho que acabaría dando un vuelco a su carrera. En 1978 interpretó a una escritora entrometida en Muerte en el Nilo, película que adaptaba una novela de Agatha Christie. Y poco después le ofrecieron participar en otra película también basada en una obra de Agatha Christie: El espejo roto, y nada menos que interpretando a uno de los personajes más característicos de la escritora: la señorita Marple. La señorita Marple era la inspiración para una serie de televisión que se estaba gestando y la buena interpretación de Angela en estas dos películas la convirtieron en la candidata ideal para ser su protagonista. Eso y que su marido, Peter Shaw, era uno de los productores de la serie. La actriz no dudó en aceptar. “Tomé una decisión, quería hacer televisión. Iba a cumplir 60 años y estaba cansada de estar todo el día de aquí para allá. Estaba lista para, de algún modo, asentarme”, justificaba.

La serie era Se ha escrito un crimen. Durante 12 años y 286 episodios Se ha escrito un crimen se convirtió en una de las series más aclamadas de la televisión y Angela Lansbury en uno de sus rostros más populares. Su personaje era una escritora que resolvía misterios en la línea de las obras de Agatha Christie. Durante nueve años seguidos Se ha escrito un crimen fue la serie dramática de mayor audiencia en los Estados Unidos. Aunque también tiene un récord negativo para su protagonista. Fue nominada al Emmy 18 veces, incluyendo 12 años consecutivos como mejor actriz, y nunca consiguió ganarlo. La serie estuvo en antena entre 1985 y 1996. En ese tiempo Angela hizo pocas intervenciones en el cine. Fue por ejemplo una abuela terrorífica en la película En compañía de lobos de Neil Jordan y puso voz a la tetera de La bella y la bestia, la película de animación de la Disney, donde además cantaba el tema principal.

Al terminar la serie Angela Lansbury siguió haciendo teatro y televisión, medios que ya no abandonaría hasta casi el final de su vida, y durante varios años se dedicó a la enseñanza de su oficio en escuelas de arte dramático. Su vuelta al cine llegó en 2005 con un personaje de anciana cascarrabias en la película La niñera mágica. En 2014 recibió un Oscar honorífico por toda su trayectoria. Luego la vimos en pequeños papeles en otras películas como El regreso de Mary Poppins donde hacía de vendedora de globos.

Lo último que hizo para el cine Angela Lansbury fue un breve cameo interpretándose a sí misma en la película Puñales por la espalda, el misterio de Glass Onion. Jugaba a un juego on-line de resolución de misterios con el detective al que daba vida Daniel Craig. Para entonces tenía ya 96 años, pero la actriz quería seguir trabajando. “Nunca he pensado en retirarme. Probablemente me moriré con un guion en la mano”, decía. Un par de meses después, el 11 de octubre de 2022, cuando solo le faltaban cinco días para cumplir 97 años, Angela Lansbury murió en su cama mientras dormía. Atrás dejaba casi ocho décadas de trabajo como actriz, con un saldo de 36 películas, 14 obras de teatro e infinidad de trabajos para la televisión. Por eso tiene dos estrellas en el Paseo de la Fama de Hollywood. Una por su trabajo en el cine y otra por su labor televisiva.