Cuando Warhol y Pollock se encontraron: la otra historia de los dos grandes artistas del siglo XX
El Thyssen abre sus puertas a una de las exposiciones de la temporada, 'Warhol, Pollock y otros espacios americanos'

Jackie II, obra de Warhol / Staatsgalerie Stuttgart

Madrid
Ni Pollock fue solo el gran representante de la abstracción ni Warhol el gran icono del consumismo y la cultura de masas del siglo XX, y mucho menos banal de lo que la historia nos ha hecho pensar. Las obras de estos dos nombres clave del siglo XX confluyeron mucho más allá de la admiración que el propio Warhol sentía por Pollock, que falleció en accidente de coche a mediados de los años 50, cuando un joven Warhol empezaba a despuntar como artista. "Espero que a lo largo de la exposición el visitante pueda ver dónde confluyen", explica Estrella de Diego, comisaria de la exposición. "Siempre estamos intentando buscar en la historia lo negado, lo olvidado, pero por qué no revisamos la historia al completo, también con lo que se ha contado como a la historia le convenía. ¿Cómo tiene que ser lo abstracto y lo figurativo? ¿Tiene que ser Pollock el héroe de la cultura y Andy solo un tipo que pasaba por ahí pintando coca-colas?", se pregunta la historiadora de arte, que llevaba imaginando esta exposición desde hace más de 20 años.
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La muestra abre mañana sus puertas en el museo Thyssen de Madrid, bajo el título 'Warhol, Pollock y otros espacios americanos', que reúne más de un centenar de obras, muchas de ellas nunca antes vistas en España. A medio camino entre lo abstracto y lo figurativo, ambos artistas propusieron revisitar el concepto de espacio, cambiando la noción del fondo y de la figura, en muchas ocasiones a través de la repetición y la serialidad. Algo que se puede apreciar en muchas de las obras que dialogan en esta exposición, y en las que se puede apreciar esas confluencias, "el otro día alguien del museo bajó y preguntó, ¿esto es Pollock o Warhol?", nos contaba entre risas la comisaria. "Ahí es donde se ve que hay algo en ellos, que Warhol está buscando en Pollock y, sobre todo, le fascina no solo porque se ha muerto en un accidente sino porque plantea, al igual que hicieron los expresionistas abstractos, un problema espacial que a Warhol le interesa, porque después de Pollock la figuración no va a poder ser más como era".

En vídeo, un recorrido visual por la exposición.
El recorrido está dividido en seis espacios que permiten revisar esa ruptura entre la abstracción y la figuración del arte pop, mostrando todas sus conexiones. La primera, titulada 'El espacio como negociación: figura y fondo, otra vez', muestra obras tempranas de Pollock o Krasner y esas primeras aproximaciones, que pueden apreciarse en dos botellas de Coca-Cola pintadas por Warhol, una con pinceladas que imitan el expresionismo, la segunda influida por su trabajo como ilustrador comercial. En la siguiente sección 'Rastros y vestigios', que incluye obras de Audrey Flack, Marisol Escobar, Anne Ryan, Perle Fine, Robert Rauschenberg y obras de Warhol y Pollock, la figuración comienza a trastocarse. "Este es un espacio de collages, utilizando los colores van creando con trozos distintos la unidad en el espacio. La idea es que todos están dando vueltas a ver qué pueden hacer con ese espacio, que ha dinamitado por completo Pollock con su trabajo".

La obra 'Coca-Cola' de Andy Warhol / Andy Warhol

La obra 'Coca-Cola' de Andy Warhol / Andy Warhol
"No hay dos iguales"
Liz Taylor da la bienvenida a la tercera sala, la famosa obra de Warhol Liz en plata como Cleopatra, junto a Jackie II, en la que aparece fotografiada Jackie Kennedy, y Un solo Elvis, la también famosísima fotografía de Elvis Presley, obras en las que el artista americano rompe con la idea de espacio tradicional, diferenciando fondo y figura. "Si nos fijamos en las imágenes de Liz, ¿podemos entender que esto es un espacio tradicional? En absoluto, primero porque pensamos que nos está contando una historia que es casi como un cómic, luego nos fijamos y vemos que todas son iguales, pero si nos fijamos aún más, vemos que no hay dos iguales". La sección está repleta de fotografías tomadas por Warhol, quizá una de sus caras artísticas menos conocidas, "Warhol fue un fotógrafo muy serio, no es que hiciera fotografías para divertirse".
Las duplicaciones y las multiplicaciones centran la sección Repeticiones y fragmentos, con las que Warhol rompe con la idea del espacio en Occidente, con sus conocidas series de flores, calaveras y sillas eléctricas, que jugando con el color muestra como si se trataran de objetos cotidianos. Al igual que ocurre con la obra 'Choque óptico de automóviles', aquí el artista muestra imágenes repetidas pero siempre distintas, que al estar superpuestas saturan el espacio y acaban por desestructurarlo. La quinta sala muestra las pinturas oxidadas de Warhol, que el artista realizó con sus propios fluidos, imitando las obras que realizó Pollock antes de morir en accidente de tráfico. La última, El espacio como metafísica incluye la serie de sombras creadas por Warhol, sin figuras definidas, acompañadas del espectacular Rothko Sin título (Verde sobre morada), que forma parte de la colección del museo.
Una exposición que nos cuenta otra historia, quizá no la más sencilla de ambos artistas y de otros contemporáneos, en la que no se muestra ni una sola lata de sopa de tomate Campbell, "a la historia le interesa hacer las cosas de la forma más fácil posible, para controlar la historia se divide y se modifica. Y no solo estamos hablando de mujeres o de artistas olvidados, me refiero a todo lo que la historia no ha incluido. Es algo que a la propia historia le convenía, por eso nos ha llegado esa idea de Pollock, el héroe y Warhol, la celebridad. Hay que desmontar esos relatos que nos facilitan la vida".

La obra 'Elvis' de Warhol

La obra 'Elvis' de Warhol




