El dilema de Ángeles Caballero que ha dejado a los idiotés sin palabras: "Es muy duro"
La periodista ha traído una reflexión sobre la paternidad y la discapacidad de los hijos
El dilema de Ángeles Caballero que ha dejado a los idiotés sin palabras: "Es muy duro"
La colaboradora habitual de La cena de los idiotés, Ángeles Caballero, ha traido un dilema sobre la paternidad y la discapacidad que ha generado gran conmoción entre el resto de comensales. "Si hubiera la posibilidad de que, apretando un botón, pudieras hacer que se eliminara una discapacidad en tu hijo o hija, ¿lo harías? Teniendo en cuenta que, si lo hicieras, tu hijo dejaría de ser ese hijo al que has conocido desde que nació?". Un dilema prestado de una amiga suya de la infancia que, efectivamente, tiene un hijo mayor de edad con trastorno del espectro autista (TEA).
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Con total unanimidad, todos los presentes defendieron que sí que apretarían el botón para poder borrar la discapacidad de su hijo o hija. "Puedo ayudar al resto de gente que tiene esa discapacidad que tiene menos años y esa persona puede disfrutar más plenamente de la vida. Dejo de conocer al hijo que había conocido antes, pero conozco al que no deja de ser mi hijo", señala Manuel Jabois.
La cena de los idiotés 3x06 | Nunca os acostéis enfadados
La consultora de Empatía, Esther Ruiz, ha confesado que conoce varios casos de familias con hijos con autismo de distintas y ha contado algunas reflexiones demoledoras. "Algunos niños con autismo no fija la mirada. Esa conexión que tú tienes con un hijo que no tiene autismo, que te mira, es muy duro para un padre no tenerlo. Uno me decía que le hacía fotos porque a la cámara si miraba y era la única manera que tenía de mirar una foto y sentir esa conexión." Es por esto que, viendo las cosas que ha visto, sabe que apretaría el botón porque experiencias "extremadamente duras".
Jabois también ha reconocido que conoce varios matrimonios con hijos con discapacidad y recuerda que los niños también sufren mucho. "No saben lo que les pasa", explica, recordando que los padres, además, desarrollan un amor irracional por su obsesión con protegerles, por el que también ven sus vidas condicionadas.
El peso de la discapacidad
Caballero se ha sumado a sus compañeros y ha confesado que tanto ella como la amiga que le ha planteado el dilema también apretarían. "Si su hijo, ya mayor de edad, fuera capaz de expresarle cuando le duele algo —porque en su caso su TEA es bastante severo—, cuando siente algo, cuando quiere comer, si fuera capaz de expresar sus emociones y comunicarse con ella y con su padre y con su hermana, ella apretaría el botón", dice.
Sin embargo, su amiga le ha propuesto el dilema precisamente porque, a lo largo de los años, se ha encontrado con muchos padres que aseguran que no apretarían el botón. "Ella lo que reivindica es que no puedes construir tu identidad con la discapacidad de tu hijo, no puede ser que sea el pegamento de las familias", explica, a la vez que asegura que muchas familias lo ven como "una bendición". "Igual tienes que despojarte de eso y que haya otros anclajes en esa unidad familiar, en esa persona. Esa discapacidad tiene tanto peso en los afectos y en las emociones que no quieren desprenderse, pero ella desde luego apretaría el botón, y yo apretaría ese botón", sentencia.