Trump derriba parte de la Casa Blanca para construir un salón de baile de 250 millones

Washington ha amanecido con una imagen insólita: una excavadora derribando la fachada del ala este de la Casa Blanca. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha iniciado las obras para construir un nuevo salón de baile valorado en 250 millones de dólares, en lo que ya se considera la mayor remodelación de la residencia presidencial en más de un siglo.

El nuevo recinto, de estilo neoclásico, ocupará 8.000 metros cuadrados y podrá albergar hasta 900 personas. Según la Casa Blanca, el proyecto no supondrá coste alguno para el contribuyente, ya que será financiado con donaciones privadas del propio Trump y de grandes corporaciones como Apple, Amazon o Lockheed Martin. "Durante más de 150 años, todos los presidentes han soñado con tener un salón de baile en la Casa Blanca. Me honra ser el primero en hacerlo realidad", ha declarado el mandatario en su red social Truth Social.

Sin embargo, la promesa de que la estructura original del edificio no se vería afectada ha quedado en entredicho. Las imágenes difundidas por medios estadounidenses muestran cómo la maquinaria pesada ha comenzado a desmantelar el ala este, tradicional sede de las oficinas de la primera dama. Un funcionario de la Casa Blanca ha confirmado que el nuevo salón sustituirá por completo esa parte del edificio.

La decisión ha generado una ola de críticas entre historiadores, arquitectos y políticos, que denuncian la alteración de un patrimonio nacional sin el visto bueno de la Comisión de Planificación de la Capital Nacional, que aún no ha aprobado el proyecto. "Es una abominación", ha declarado el excongresista republicano Joe Walsh, quien ha prometido que, si se postula en 2028, invitará a los estadounidenses a "derribarla con mazos y palancas".

Trump, que ya ha redecorado el Despacho Oval con detalles dorados y ha transformado el Jardín de Rosas al estilo de su residencia en Mar-a-Lago, continúa así su plan de dejar una huella personal en la arquitectura de la Casa Blanca. Entre sus próximos proyectos figura la construcción de un "Arco de Trump" al otro lado del río Potomac.

Mientras tanto, los escombros del ala este se acumulan en los jardines presidenciales, en una escena que muchos consideran más propia de una distopía que de la sede del poder ejecutivo estadounidense. "La Casa Blanca necesita un salón digno del pueblo estadounidense", ha sentenciado Trump.