Alauda Ruiz de Azúa: "Mis películas están protagonizadas por mujeres que no están situadas en posiciones de un falso empoderamiento"

Le tienen fe. Los críticos, espectadores y compañeros de profesión, a Alauda Ruiz de Azúa (Barakaldo, 1978), directora y guionista y premio Goya a la mejor dirección revelación por su ópera prima Cinco lobitos, le tienen fe. Además, tras su último largo Eres tú (2023), regresa bendecida este viernes a los principales cines españoles con la Concha de Oro en el pasado Festival Internacional de Cine de San Sebastián por la cinta Los domingos, una historia en la que una joven de 17 años (protagonizada por Blanca Soroa en su primer papel protagonista) hace público en su ámbito familiar la idea de profesar como monja de clausura, una decisión que provoca una gran convulsión entre sus seres más queridos.

Una circunstancia que la directora dice que le ha devuelto la fe en el cine, tras "el recibimiento más bonito -comenta orgullosa- que ha tenido una película suya jamás en un festival". "Tenía miedo al recibimiento; había riesgo con la película, el tema no estaba en la agenda y podría haber caído en una polémica facilona. Lo bonito de la película es activar al espectador y ver lo que harían y cómo tolerarían esa decisión. Yo lo que no quería es hacer una película dogmática, sólo pretendía cuestionar y plantear cosas. El debate tenía que provocar viajes distintos".

Alauda Ruiz de Azúa, tirando de fe, explica el momento y las razones por las que empezó a creer en un proyecto como este. "Creo que una vocación religiosa no es igual que elegir una profesión u otra. Una vocación religiosa es otra forma de ver el mundo". Del mismo modo, aclara Alauda, "descubrí que me interesaba más el conflicto que provoca en las personas de alrededor, una decisión como la de querer, con sólo 17 años, entrar en un convento de clausura, que la decisión de hacerlo en sí misma".

Luego Ruiz de Azúa descubrió en el viaje del rodaje otras cosas. "Yo creo -señala- que la gente tiene una idea muy romantizada de un convento de clausura, como si poco menos que la gente fuera allí a un balneario, cuando lo cierto es que ese es un mundo que no existe. Allí la vida es muy austera y reglada".

La directora de Cinco lobitos valora también la respuesta que, premios aparte, tendrá un tema como el de su nueva película en una época como esta y en un país tan polarizado como España. No le preocupa demasiado que diferentes sectores se apropien y abanderen la decisión de Ainara, la protagonista. "Eso lo hemos hablado con los productores, y a mí lo único que me daba miedo era hacer una película dogmática, pero eso no pasa, porque la historia se mueve en el ámbito de cuestionarse cosas". E insiste, como otros creadores, que tratar de comprender un punto de vista lejano o directamente antitético al de uno, "no significa ni legitimar ni asumir esas posiciones".

Ruiz de Azúa sitúa a los espectadores en la mesa familiar, y les propone que asuman la decisión de la protagonista, una adolescente de 17 años que, en lugar de tomar el camino de la universidad, tira por los hábitos de clausura. A partir de ahí pueden empatizar con las posiciones del padre, la abuela o el tío, o compartir, yendo más allá, las opiniones de la tía. "Maite, la tía, representa una de las reacciones más orgánicas, de rechazo natural a una decisión así. Un personaje que se pregunta también hasta qué punto una decisión religiosa como esa puede ser producto de una carencia afectiva o de un adoctrinamiento".

Por eso, sostiene Alauda, preguntada por la orfandad de madre de la protagonista, que "era importante que la protagonista, una persona con 17 años, tuviera ya a sus espaldas un dolor tan profundo como es la muerte de una madre, de ser alguien que hubiera perdido desde muy pronto a un ser querido".

Habla Alauda de Blanca Soroa, la actriz gallega de 17 años, protagonista del filme. "Blanca tiene una luz preciosa, es un personaje muy zarandeado por el mundo adulto, al que en la película ella con su mirada tiene también que cuestionar. Fue producto de un casting después de haber visto a muchísimas chicas, sacada de un colegio de Bilbao". Añade que "trabajar con ella ha sido distinto a lo que estaba acostumbrada, después de trabajar con intérpretes de la experiencia de Laia Costa, Susi Sánchez o Nagore Aramburu, ha sido muy bonito y he aprendido mucho de su frescura".

Hablando de mujeres, de historias protagonizadas por ellas, cuando se le pregunta por personajes también femeninos como el de Cinco lobitos, protagonizado precisamente por Laia Costa, la directora dice que bien pensado "mis películas están protagonizadas por mujeres que no están situadas en posiciones de un falso empoderamiento, que toman no solo las riendas de sus vidas, sino que son conscientes de la dificultad que ello supone".

Ahora, a dos días del estreno, la directora, satisfecha, espera que surja otra llamada, esta colectiva y a los espectadores, y no de Dios.