Cenicienta no era como la imaginas: nació en China, sin hada madrina y con un zapato que no era de cristal
La historia original del famoso cuento dista mucho de la versión que popularizó Disney: ni magia, ni lujo, ni cristal

Cenicienta no era como la imaginas: nació en China, sin hada madrina y con un zapato que no era de cristal
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La historia de Cenicienta que todos conocemos, la joven maltratada por La Cenicienta que todos tenemos en mente, la joven que acude al baile gracias a una hada madrina y pierde un zapato de cristal, es solo una versión entre muchas. En realidad, el personaje tiene un origen mucho más antiguo y exótico: nació en China en el siglo IX, y ni el hada madrina ni el famoso zapato de cristal formaban parte de la historia original.
Según se explicó en el programa Sucedió una noche de la Cadena SER, la primera versión escrita del cuento apareció en Asia, donde el zapato era de piel y la ayuda mágica no venía de una figura sobrenatural, sino de un pez encantado. Esta historia, transmitida oralmente durante siglos, fue adaptada en Europa por autores como Giambattista Basile, Charles Perrault y los hermanos Grimm, cada uno con sus propias variaciones.
La versión de Perrault, publicada en el siglo XVII, introdujo por primera vez el hada madrina, la calabaza convertida en carroza y el zapato de cristal, elementos que Disney popularizó en su película de 1950. Pero los hermanos Grimm ofrecieron una versión más sombría: en ella, no hay hada madrina, sino un árbol mágico plantado por la propia Cenicienta junto a la tumba de su madre, y es un pájaro quien le concede los deseos.
El zapato, por cierto, tampoco era de cristal en todas las versiones. Algunos estudiosos creen que se trató de una confusión lingüística entre las palabras francesas "verre" (cristal) y "vair" (piel de ardilla gris), lo que habría transformado un calzado práctico en un símbolo de fantasía.
La historia de Cenicienta ha sido contada de mil formas en el cine, desde las primeras adaptaciones mudas hasta versiones modernas, musicales, feministas e incluso de terror. Pero su origen, lejos de los castillos europeos, está en la tradición oral china, donde una joven pobre encuentra la felicidad sin necesidad de magia ni lujo.
La última vuelta de tuerca llega con La hermanastra fea, una película que se estrena esta semana y que narra la historia desde el punto de vista de una de las hermanastras, mezclando comedia y terror.
Lo que queda claro es que Cenicienta no es un personaje estático. Su historia ha sido contada y recontada en múltiples culturas, con distintos matices, y seguirá evolucionando mientras haya cine y cuentos que contar.
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