El "recurso" habitual en las películas de Hollywood que tuvieron que prohibir: "Era demasiado obvio"

David Trueba y David Verdarguer han pasado por los micrófonos de Transmite la SER para presentar la nueva película del director basada en su novela Blitz y que se estrenará el próximo viernes 7 de noviembre. El protagonista (Verdarguer) es un arquitecto y paisajista que viaja a Bélgica para acudir a un congreso junto a su pareja, Marta (Amaia Salamanca), aunque su relación termina de manera abrupta y él decide quedarse algo más por el país europeo para tratar de sobreponerse.

Una de las escenas que más ha fascinado al presentador Juan Carlos Ortega es una en la que Verdarguer reflexiona sobre el sentido del arte junto a otros colegas de profesión. A uno de ellos se le ocurre decir que el arte "debe golpear al espectador" y "debe agitarle" y el protagonista no duda en, literalmente, zarandear al tipo para mostrarle que no es tan agradable. "Es una discusión que merece la pena porque probablemente el arte puede hacer las dos cosas dignamente", señalaba Trueba, a la vez que Verdarguer reconocía que "el problema es cuando solo vas a buscar una solución".

El director madrileño ha compartido entonces un recurso que se utilizaba habitualmente en las películas de Hollywood precisamente para perturbar a los espectadores. "Hacían esas películas que duraban entre 10 y 15 minutos para que tuvieras que ir la semana que viene otra vez a la barraca para la continuación. Ponían un bebé en la vía del tren y el tren se acercaba. Quería conmocionar a la gente", explica Trueba, que asegura que utilizaban esta práctica para dejar a los asistentes con la duda de si morirá o si será salvado.

Trueba sostiene que llego un momento dado en el que los propios cineastas decidieron poner fin este modus operandi. Se hizo un pacto y dijeron que queda prohibido en el cine porque ser "demasiado fácil" y "demasiado obvio". "Esta cosa de la conmoción por la conmoción... El arte tiene que conmocionar inteligentemente", concluye.