Un colegio libre de móviles para recuperar la atención de los alumnos

Madrid

Cuando los alumnos llegan al Instituto meten el móvil en una funda. Lo sellan con un dispositivo magnético y a la salida lo recogen. Un sistema que garantiza la desconexión digital en horario escolar y que el I.E.S. Carmen Conde, ubicado en las Rozas (Madrid), lleva varios cursos para alumnos de 1º,2º y 3º de la ESO.

Cuando suena la sirena, enfundan el móvil con un cierre parecido al sistema antirrobo que tienen las prendas ropa de en las tiendas. Los chavales tienen el teléfono con ellos, pero no lo pueden mirar. Y si algún alumno hace trampa y lo pasa, el centro contempla sanciones.

Al principio, nos cuenta la directora Charo Torcal, les costó aceptarlo, pero ahora están "encantados" porque esto les permite socializar más, tal y como reconocen los alumnos. "Si tuviera el teléfono conmigo, no estaría hablando con mis amigos en el recreo ni prestaría atención al profesor en clase", asegura una alumna de 3º de la ESO.

¿Es necesaria una regulación?

Tras años de experiencia, el I.E.S. Carmen Conde tiene testado que el teléfono móvil es la puerta de entrada al bullying, al enganche, al aislamiento social e incluso a la pornografía. De ahí la necesidad de esta medida para garantizar la desconexión digital de los adolescentes.

Sin embargo, para el equipo docente sería bienvenida una regulación general desde la esfera política. "Yo confío en que sea más pronto que tarde cuando el Gobierno nos diga a los padres que hasta los 16 años no se puede tener una cuenta en Instagram o en otra red social y tiene que haber una desconexión".

Antes, asegura Carmen Cruz, jefa de estudios del centro, íbamos por la calle sin que nuestros padres supieran donde estábamos. "Es lo que alegan muchos padres, a los que yo respondo que hay otros mecanismos. Pero con el móvil estamos haciendo lo contrario, es como si tuvieras la puerta de tu casa abierta y dejas pasar a todo el mundo que quiera. Incluso cuando tú estás durmiendo, tu hijo está en la habitación con la puerta abierta, teniendo acceso a contenidos que no son apropiados", apunta Conde.