El cuarto invierno
Los últimos ataques rusos en Ucrania han afectado a las infraestructuras de luz y agua cuando están a punto de entrar en su cuarto invierno de conflicto

Madrid
La guerra civil española duró dos años y medio largos en la década de los treinta del siglo pasado. Nuestros abuelos o nuestros padres nos contaron los sufrimientos que padecían en aquellos interminables días.
Si algo no lo impide, los ucranianos están a punto de entrar en su cuarto invierno de conflicto desde que fueron invadidos por la Rusia de Putin. Los últimos ataques están afectando a las infraestructuras eléctricas, al acceso al agua potable y a la calefacción de amplias zonas del país, lo que afectará al frío y al hambre de la población, convertidos otra vez en armas de guerra.
Poco a poco, aquella invasión que comenzó en febrero de 2022 se ha ido convirtiendo en una guerra prolongada, con gran desgaste humano y material. Los ciudadanos están exhaustos de resistir contra el empuje de un imperio.
El presidente Zelenski pide a la comunidad internacional menos gestos vacíos y declaraciones huecas, y más envíos de sistemas de defensa aérea, además de que se garantice el cumplimiento de las sanciones contra Rusia.
No se trata solo de geopolítica sino de vida cotidiana. Ojala no se repita lo sucedido en Gaza, en donde Israel y EEUU se reunieron y acordaron el futuro de la franja sin los gazatíes presentes.
Zelenski pretende impedir salidas falsas a conflictos complejos.

Joaquín Estefanía
Es periodista, exdirector del periódico 'EL PAÍS' donde sigue firmando columnas. También colabora en...




