El fabricante del montacargas usado por los ladrones del Louvre aprovecha el golpe para promocionarse
La empresa alemana Böcker ha utilizado una imagen del robo para publicitar su producto en redes sociales con un ingenioso eslogan
Agentes de policía franceses junto a un montacargas utilizado por los ladrones para entrar en el Museo del Louvre, en París
El espectacular robo de nueve joyas históricas en el Museo del Louvre ha generado una ola de conmoción en Francia y en el extranjero. Pero mientras la policía sigue buscando a los cuatro autores del golpe, que accedieron al primer piso del museo con un montacargas, el fabricante del aparato ha optado por aprovechar el crimen para promocionar su producto.
La empresa alemana Böcker, con sede en Werne, cerca de Dortmund, publicó en sus redes sociales una imagen del montacargas captada por AFP el día del robo, acompañada de un eslogan que mezcla humor y oportunismo: "Böcker Agilo puede transportar hasta 400 kilos de tesoros, a una velocidad de 42 metros por minuto, gracias a un motor tan silencioso como un murmullo".
Alexander Böcker, director de la compañía y nieto del fundador, reconoció en declaraciones a AFP que el aparato fue vendido hace años a un cliente francés que lo alquila en la región de París. Según explicó, los ladrones robaron el montacargas a ese cliente, retiraron su logotipo y cambiaron la matrícula. "Cuando vimos que nadie resultó herido durante el atraco, tomamos eso con un poco de humor", dijo Böcker, quien junto a su esposa ideó el lema publicitario: "Cuando hay que hacerlo rápido".
Aunque el empresario subraya que el acto es "absolutamente condenable", admite que quiso "beneficiarse de la fama del museo más conocido y visitado del mundo para llamar la atención sobre nuestra empresa".
Mientras tanto, el Louvre intenta recomponerse del golpe. La directora del museo, Laurence des Cars, confirmó que la corona de la emperatriz Eugenia, adornada con más de 1.300 diamantes y 56 esmeraldas, podría ser restaurada, pese a haber sido aplastada al ser extraída a la fuerza de su vitrina. Otras ocho piezas, entre ellas un collar que Napoleón I regaló a su esposa María Luisa, siguen desaparecidas.
Des Cars también compareció ante el Senado francés, donde aseguró que las alarmas del museo funcionaron correctamente, pero reconoció que el sistema de videovigilancia exterior es "muy insuficiente". La única cámara que cubría la zona por donde accedieron los ladrones estaba orientada en dirección opuesta. La responsable del Louvre ha solicitado al Ministerio del Interior la instalación de una comisaría de policía dentro del museo.
El robo, que apenas duró ocho minutos, ha reabierto el debate sobre la seguridad en los grandes museos europeos. El Louvre, que el año pasado recibió nueve millones de visitantes, el 80 % extranjeros, se enfrenta ahora no solo a la pérdida de parte de su patrimonio, sino también a una inesperada campaña publicitaria que ha convertido el crimen en reclamo comercial.
