Aníbal Gómez desvela el secreto mejor guardado de los DJ

En su paso por A las bravas, de la SER, Aníbal Gómez no solo se enfrentó al reto picante, sino que dejó una confesión que desmonta el aura mística de los DJ: "Hay muchos momentos en los que el DJ no sabe qué hacer con las manos, así que toca botoncitos".

Con esta frase, el actor, músico y miembro de Ojete Calor reveló una verdad incómoda que muchos sospechaban pero pocos se atrevían a decir. "Yo no soy DJ, soy pinchadiscos", aclaró, reivindicando una figura más libre, menos técnica y más emocional. Su estilo se basa en el contraste: puede pinchar Mocedades, luego Depeche Mode, después Viceversa y acabar con Rage Against the Machine. "No respeto el tiempo, respeto el impacto", dijo.

Gómez también compartió su estrategia para lidiar con las peticiones del público: "Cuando alguien se acerca a pedirme una canción, siempre digo que el siguiente DJ se la pone". Y si no, el clásico: "No la tengo". Una táctica que, según él, le ha salvado de más de una situación incómoda.

Pero no todo es impostura. Aníbal defiende el uso de efectos entre canciones como una forma de jugar con la atmósfera, más allá de la mezcla por BPM. "Como pongo cosas tan diferentes, no quiero respetar el tiempo, quiero respetar el impacto", insistió.

Su visión del DJ como entertainer más que como técnico conecta con su trayectoria artística, donde la estética, el humor y la música se mezclan sin complejos. "Me gusta mezclar lo inmezclable", dijo, y lo demuestra tanto en sus sesiones como en los estilismos de Ojete Calor, donde las piernas al aire y los contrastes imposibles son norma.

En definitiva, Aníbal Gómez desvela que el secreto mejor guardado de los DJ no está en los cables ni en los BPM, sino en saber improvisar, jugar y, sobre todo, entretener.