Daniel Levy, negociador de los acuerdos de Oslo: "Netanyahu tiene que comparecer ante un tribunal"

Políticos, actores, escritores y otras personalidades firmaron el pasado miércoles el primer llamamiento de la comunidad judía global para que se mantenga la presión sobre Israel para parar el genocidio en Gaza.

"Nos invade el desasosiego ante la acumulación de pruebas que apuntan a que los actos de Israel se enmarcan en la definición legal de genocidio y los intentos de eludir responsabilidades y volver a imponer el mismo patrón fallido de impunidad. No lo consentiremos", dice la misiva. "Este alto el fuego debe entenderse como un comienzo, no como un final, pues el riesgo de volver a una realidad política marcada por la indiferencia ante la ocupación y el conflicto permanente es demasiado elevado".

El israelí Daniel Levy, negociador en los acuerdos de Oslo, es uno de los centenares de firmantes, impulsados por la asociación Jews Demand Action, que piden respetar las decisiones de la Corte Internacional de Justicia y recurrir a "sanciones específicas" y a la suspensión relaciones con las entidades comerciales partícipes de las violaciones del derecho internacional.

• ¿Qué ha visto en estos primeros días de tregua en Gaza que le llevó a firmar esta carta?

Lo que hemos visto, en primer lugar, ha sido el hecho de que el plan en sí no es un plan. No menciona Cisjordania. No tiene un horizonte político real. No tiene un calendario. Pero lo más importante es que se le olvida una palabra crucial, que es la rendición de cuentas. Y también estamos viendo sobre el terreno que es un acuerdo frágil.

Son bajas las expectativas de que se puedan abordar realmente los temas clave subyacentes, porque nadie quiere que se repita lo de los dos últimos años. Nadie quiere que se repita lo del 7 de octubre, al menos eso espero. Pero lo que nos preocupa es que la gente piense que, si volvemos al 6 de octubre de 2023, las cosas irán bien y eso no es así.

Fue precisamente esa actitud negligente de permitir que la ocupación y el apartheid continuaran indefinidamente lo que nos ha traído hasta aquí y todo lo que ha sucedido en estos dos años. Israel insiste en que está haciendo todo en nombre del pueblo judío y por nosotros. En realidad, no puede ir más en contra de nuestra idea de lo que significa respetar la tradición judía y su historia... de nuestra tradición universal de lo que es tratar a los demás y vivir en paz con el resto del mundo. Con Netanyahu, todo eso necesita un replanteamiento fundamental.

Así que pensamos que, en lugar de decir, “Está bien, ya no hay problema”, podemos volver a hacer las cosas como de costumbre. Este es el momento de pedir a los países que no se rindan. Hay muchos que quieren que quienes se han movilizado en las calles y han demostrado que este asunto les importa ya pueden irse a casa porque todo se ha acabado ya, pero nosotros pedimos que no lo hagan... sólo si mantenemos la presión sobre Israel tendremos alguna posibilidad de pasar de la situación actual de caos e inestabilidad a una paz real.

• Daniel, lo que ocurre es que la presión ejercida hasta ahora sólo ha conseguido forzar este frágil alto el fuego ¿Cree que debería aumentarse la presión y de qué manera?

Bueno... yo creo que, aunque todo el mundo diga y reconozca que el alto el fuego es importante y que ha parado la matanza de un gran número de personas a diario, además de la destrucción, el desplazamiento o la inanición... hay que destacar que eso ha sido posible no sólo por Trump. Una de las razones por las que el gobierno de Netanyahu se ha visto forzado a hacerlo es porque estaba viendo que los aliados de Israel, ante la presión pública, estaban empezando a considerar la posibilidad de tomar medidas más serias contra la nación.

Algunos tomaron medidas serias y creo que el Gobierno español lideró Europa en muchos sentidos y lideró a otros al decir que vamos a cumplir con el derecho internacional, que vamos a hacer estas cosas... Otros secundaron esa postura y propusieron revisar la relación comercial. Eso es algo importante. Sin embargo, el gobierno israelí espera que todo esto desaparezca y pueda continuar quedándose en la mitad de Gaza sin dejar de impedir la ayuda y continuar con la destrucción en Cisjordania, donde la agresión no ha cesado ni un momento.

Van a mirar a su alrededor y ver si pueden salirse con la suya. Si la respuesta es sí, las cosas empeorarán y no habrá seguridad para los israelíes y los palestinos. Y lo que nosotros estamos diciendo específicamente es que hay que seguir haciendo lo que el derecho internacional nos dice que hagamos. Es decir, si hay una sentencia de la Corte Internacional de Justicia que dice que no puedes ser cómplice de las ilegalidades de la ocupación, pues no se puede ser cómplice. No es complicado.

Hay que ver el comercio de armas, el comercio normal con esos asentamientos o las entidades y empresas que participan de la ocupación ilegal. Hay que respetar y acatar las decisiones de la Corte Internacional. Hay que garantizar que el bloqueo de Gaza no vuelva a ser lo que era durante 16 años. Y, como pueblo judío, debemos dejar de permitir el falso uso de la acusación de antisemitismo. El antisemitismo es grave y si lo usas con ligereza en política se puede convertir en un riesgo para el pueblo judío.

• Usted firma esta carta junto a otras destacadísimas figuras de la comunidad judía internacional, como Naomi Klein. ¿Cuál es su opinión sobre la comunidad judía en Israel?

Hay una especie de división entre la comunidad judía dentro de Israel y la que está fuera de Israel. Especialmente si nos focalizamos en los jóvenes, donde la tendencia ha sido ser más extremista dentro de Israel y los que se enfurecen fuera porque esto se está haciendo en nuestro nombre. En parte, se puede comprender que los judíos israelíes viven en una situación de conflicto. Viven en una cámara de resonancia mediática que ha fabricado el consentimiento al genocidio. Ellos, o sus amigos, servirán con frecuencia en el ejército.

Cuando estás allí, en Israel, es más difícil dar un paso atrás y reclamar sobre lo que se está haciendo. Yo puedo cuestionar lo que me dicen mis propios medios de comunicación, pero eso es más difícil cuando estás en el fragor de un conflicto. Espero que, a medida que las cosas se calmen, la gente pueda quitarse esos miedos y cuestionar lo que les dicen. Que piensen... "Dios mío, ¿se hizo esto en mi nombre?". Muchos de los que estamos fuera seguimos teniendo familia y amigos allí y esperamos poder ayudar a organizar esta reflexión allí.

Esperamos poder ayudar al menos a fomentar una conversación diferente dentro de Israel. Pero también somos realistas. Y lo que estamos diciendo al mundo exterior es que eso será más difícil si los israelíes pueden salirse con la suya sin que haya rendición de cuentas. De esta forma haremos más difícil ese despertar de la sociedad israelí mientras piensen que todo está bien, que países como Alemania o Gran Bretaña están a nuestro lado y lo entienden... pero tenemos que cambiar eso.

• Según su experiencia como negociador, Daniel, ¿qué opina de la forma en que Netanyahu ha manejado esta guerra durante estos dos últimos años?

Sinceramente, creo que se puede dividir la respuesta a esa pregunta en dos. Si se entiende que la intención de Netanyahu era mantener la guerra el mayor tiempo posible, mantener su coalición extremista en pie, tratar de asegurarse de que tenía libertad de acción para hacerlo, quizás intentar hacer algo sin precedentes en términos de eliminar la cuestión palestina de la agenda e incluso sacar a los palestinos de nuevo de sus tierras imponiendo algún tipo de dominación y hegemonía en la región... pues Netanyahu lo ha hecho increíblemente bien.

Pero si analizamos lo ocurrido desde un ángulo diferente, sobre la legalidad y la moralidad de lo ocurrido, sobre si funcionará o no, la respuesta sería otra. Las encuestas estadounidenses muestran que la mayoría de los votantes norteamericanos no están de acuerdo con la política del país con respecto a Israel. E Israel, situada en una región en la que está haciendo que sus vecinos se enfaden cada vez más (no porque sean antisemitas, sino por lo que está haciendo Israel). Si lo vemos desde ese ángulo, concluiremos que ha sido un desastre absoluto.

Pero debemos recordar que él también tiene intereses personales en ese país. Netanyahu tiene que comparecer ante un tribunal. Tiene que enfrentarse a un juicio para el que le piden cárcel, aunque él quiere mantener su carrera política. Pero sería un error pensar que se trata solo de Netanyahu. Por desgracia, esta es una sociedad que admite la impunidad y el extremismo. Y no es sólo Netanyahu y su gobierno... Esta semana la oposición votó a favor de la anexión de parte de Cisjordania, gran parte de la oposición sionista, debo ser claro.

• Y usted ha dicho que no puede haber paz sin rendición de cuentas, ¿verdad?

Sí, hay un interesante debate sobre esto, también entre expertos y profesionales... Suele ocurrir después de un conflicto en el que se puede pensar que para mantener una paz frágil tal vez no conviene analizar los crímenes del pasado. Y tenemos cosas como la justicia universal o la verdad y la reconciliación. Hay que preguntarse qué es lo que funciona mejor.

En todo caso, lo que tenemos que entender aquí es que no estamos en paz, no estamos en una situación posterior a un conflicto. Todavía estamos en el punto álgido de un conflicto muy asimétrico en el que Israel sigue manteniendo la ocupación y el apartheid. De hecho, Israel tiene sus fuerzas en la mitad de Gaza. Sigue controlando todo lo que entra y sale. Por lo tanto, si queremos llegar a una posible situación de paz después del conflicto, necesitamos rendir cuentas.

Por eso temas como la participación de Israel en competiciones deportivas internacionales, en Eurovisión o el comercio con Israel, especialmente el de armas, son importantes. Es importante lo que digan los gobiernos y la gente común. Lo que pasa en Gaza no es normal, no está bien, no aceptamos los crímenes de guerra.

Vivimos en un mundo transparente y si vemos que en un solo lugar puedes usar la inanición, puedes usar la limpieza étnica o puedes llevar a cabo estos crímenes de guerra sin que pase nada porque eres un aliado de Estados Unidos y occidente... es una peligrosa señal que se envía al resto del mundo sin importar dónde te encuentres.