Seminci 2025 | Isabel Coixet emociona con 'Tres adioses', una optimista mirada a la vida

Valladolid

El cine de Isabel Coixet ha profundizado en los recovecos de las relaciones humanas, emocionándonos con sus bellas imágenes, sus diálogos y la profundidad de sus personajes. Mi vida sin mí fue una película que cambió muchas cosas. En ella, Coixet contaba la historia de una mujer que aprendía a vivir ante la inminencia de la muerte. Es curioso que 22 años después, la directora vuelva a un tema similar y a emocionarnos de la misma manera en Tres adioses, película con la que inaugura, de nuevo, Seminci, un festival que ya ha abierto en otras ediciones con películas como La librería y Nieva en Benidorm.

"Una de las razones por las que estuve tiempo hasta que decidí hacer la película fue pensar que yo ya había hecho 'Mi vida sin mí' ¿Qué puedo hacer ahora con esto?, me preguntaba, por mucho que me guste la historia, por mucho que admire a Michela Murgia, por mucho que la idea de rodar en Roma me encante", dice la directora recién llegada de Nueva York, donde lleva unos meses dando clases de cine. "Estamos en un momento donde las herramientas están. Yo les digo, sé que todos estáis enamorados de la idea de la película como industria, pero contar historias está al alcance de cualquiera que tenga algo que contar y un punto de vista", nos explica sobre el uso de dos tipos de formatos, el Super8 y los 35 mm para sumergirnos por las estrellas calles del Trastevere y por la ciudad de Roma, alejada del reclamo turístico, de los monumentos y de los rincones instagrameables.

"No quería mostrar los típicos monumentos, mostrar algunos pero que fueran decadentes y no especialmente bellos. A mí esta cosa de la de la Roma de las ruinas, está muy bien en las películas de Sorrentino, pero porque él también tiene esa mirada de napolitano que va a la gran ciudad. La Roma que me gusta está en justamente las cosas que dice la protagonista. En un momento de la película habla de 'enseñar su Roma' y teníamos rodadas como unas seis horas que al final se resumieron en tres detalles porque esto estaba claro que era un poco una paja mental mía", bromea la autora.

Es así como enmarca una historia de amor y de desamor. La que emerge de la adaptación de los relatos de la escritora antifascista italiana Michela Murgia en un libro escrito antes de morir de un cáncer. 'Tres cuencos. Rituales para un año de crisis' vio la luz en italiano en 2023 y la editorial Altamarea lo tradujo un año después con prólogo de la propia Isabel Coixet. "Yo conocí a Michela Murgia como un personaje muy icónico de la cultura italiana, es como un personaje amado y un personaje odiado. Yo había leído 'La acabadora', que es una novela que pasa en Cerdeña, porque ella es sarda, y es increíble. Estos relatos están un poco inacabados porque ella murió en pleno corrección. Muchos de ellos están escritos en la época del covid, pero yo pensaba que esto ya estaba pasado, que no le iba a interesar a nadie", cuenta de cómo descubrió a esta escritora que se convirtió en un símbolo contra la extrema derecha y una mujer que reivindicó el feminismo en sus obras.

Coixet adapta dos relatos, pero en toda la película hay pequeños retazos del resto de la obra de la directora sarda. Cuenta la historia de una mujer, Martha, a la que interpreta Alba Rochwacher, y de su pareja, Antonio, Elio Germano. Tras una discusión anodina rompen su relación de siete años. Él, un cocinero con un restaurante en pleno apogeo, no acaba de encontrarse a gusto, la echa de menos. Ella muere de dolor, literalmente, hasta que descubre que padece una enfermedad. Cuando le informan de que es irreversible, todo da un giro inesperado: la comida sabe mejor, la música le llega como nunca y el deseo despierta sus ganas de vivir sin miedo. "Quería hacer el viaje con los personajes. Ella es una persona que va de la vida a la muerte, pero en el trayecto va descubriendo cosas, va descubriendo qué es importante y qué no. Y este hombre va de una ruptura provocada por él mismo a darse cuenta de lo que ha perdido", explica Coixet.

Los dos actores, probablemente, dos de las figuras más importantes del cine europeo, que han trabajado en infinidad de películas juntos, encarnan aquí a dos personajes que materializan las revolucionarias reflexiones de Murgia sobre el amor, el dolor y el miedo a la muerte, el mismo que ella evitó en su propia vida. También los acompaña una figura de cartón-piedra de una estrella de la música K-pop coreana, de la que era fan la directora, y el español Francesco Carril, que firma su primer papel en italiano como un profesor de filosofía que acaba siendo un apoyo para la protagonista. "Tenía ganas de hacer una película que fuera como un huevo Kinder, o como una muñeca matrioshka​​, con sorpresas, con ese cantante coreano en un cartón que se transforma de repente en el mejor amigo de alguien, con canciones que me gustan, con rincones donde he sido feliz y a veces he sido desgraciada. También veo en muchas mujeres esta obsesión con la alimentación y con negarse placeres que siempre me ha parecido ridículo. Yo siempre he tenido esta idea de que la vida es corta, ahora evidentemente más que nunca, de ahí eso de ocuparnos de las cosas importantes y no de las estupideces que nos arruinan el día a día".

La directora introduce guiños a su cine y a sus propias películas, por ejemplo, la presencia de una actriz habitual, Sarita Choudhury, o el gusto por la comida, con esa fantástica escena donde la protagonista devora con gusto un helado. Tres adioses es un canto a la vida, a preocuparse por las cosas que importan y no por chorradas, a aprender a disfrutar y a estar presente y aceptar lo que pasa. "No sé si es revolucionario en estos tiempos, lo que hace el personaje es sencillo, es estar abierta a las cosas que pasan ante ella. A esa persona que te puede parecer pesado pero un día lo miras, hablas y no te parece tan pesado, a esas clases de las que estás aburrida pero un día te fijas en dos alumnas y detectas que les pasa algo, a ese día que te encuentras a alguien por la calle y en otro momento no te pararías, pero ahora le das bola. Son cosas sencillas las que transforman al personaje", alaba la directora.

En realidad, esta es una película cien por cien Coixet, donde el estilo y el alma de la escritora se mezclan con ese tono intimista de la directora, con esa sensibilidad, belleza y melancolía a la que suma un sentido del humor irónico. Escrita por la propia Coixet junto al guionista italiano Enrico Audenino, la película ya se ha estrenado en Italia situándose en las primeras posiciones de la taquilla. A España llegará el próximo año, después de su paso por esta Seminci que la directora ha vuelto a inaugurar.