Trastornos alimentarios en la hípica profesional: el límite entre control y obsesión por el peso
La exigencia por cumplir el peso establecido lleva, en muchas ocasiones, a los profesionales al límite

Trastornos alimentarios en la hípica profesional: el límite entre control y obsesión por el peso
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En las carreras de caballos, cada gramo cuenta. Para un jockey el "sobrepeso" tiene un significado diferente: implica una sanción o incluso quedarse fuera de la competición. Por esto, a diferencia de otros deportistas de élite, los jinetes buscan perder masa muscular sin perder fuerza, sometiéndose a dietas muy estrictas, entrenamientos duros y un control milimétrico de hasta el agua que consumen en las horas previas a una carrera.
El peso ideal para los jinetes ronda los 54 o 55 kilos. "Hay jinetes que pesan 58kg y montan a 55, pues cada vez que hay una carrera tienen que bajar esos 3kg. Muchos dejan de comer, de beber para deshidratarse", explica Jaime Gelabert Bautista, jockey profesional e hijo de Tolo Gelabert en ¿Cómo comes?. Esta obsesión por controlar hasta el último miligramo que ingieren para poder mantenerse dentro de los rangos que exige la competición ha llevado a muchos jinetes al extremo, sufriendo trastornos alimentarios.
"No creo que sea por verse delgados, sino porque muchas veces el peso les obliga, para poder conseguir el peso que necesitan para las carreras, si no te sancionan", dice. La medición del peso antes de las competiciones es tan rigurosa y exacta que incluso medio por encima de lo establecido puede suponer una multa. La presión por cumplir los pesos es máxima.
"A lo mejor el primer día te ponen 100 euros de multa, pero el segundo día que te pasas te dicen que ese día no vas a montar", sostiene, por lo que resulta primordial que los jinetes sean conscientes del peso que montan. En los hombres, se considera que un hombre es pesado si supera los 57 kg. Y lo mismo aplica para las mujeres, pues, por norma general, estos compiten juntos. "La única diferencia entre hombres y mujeres es que, en algunas carreras, las mujeres montan un caballo que lleva un kilo menos", destaca.




