Seminci 2025 | Fernando Franco escarba en lo más oscuro de una familia en la perturbadora 'Subsuelo'
El director de títulos como 'La herida' y 'La consagración de la primavera' indaga en la culpa, la verdad y los abusos en un thriller psicológico

Fotograma de 'Subsuelo' / LA ZONA / @guillermo_gumiel_

Valladolid
En la tragedia griega los héroes vivían todo tipo de calvarios y situaciones moralmente incómodas por culpa del destino o, más bien, de los dioses, seres caprichosos que ponían a los humanos al borde del abismo y cuyas decisiones y sus consecuencias servían, para el público del teatro griego, de ejemplo de cómo no actuar. Un teatro que aleccionaba a la sociedad y que servía de espejo y de catarsis. Algo de esos elementos aparecen en 'Subsuelo', la cuarta película del director Fernando Franco, una historia familiar donde los personajes se enfrentan a dilemas morales después de un terrible accidente.
El director adapta la novela del escritor argentino Marcelo Luján, en la que se cuenta la relación compleja de dos hermanos mellizos, que se complica después de un accidente una noche de verano. Un secreto relacionado con ese accidente rompe por dentro a una familia burguesa, que trata de seguir adelante, pero la culpa, el rencor y el miedo a ser descubiertos no les dejan. "El género negro siempre me ha interesado. Leí la novela sin el ánimo particular de adaptarla, pero de repente me encontré una serie elementos interesantes con cómo habla de la familia como la punta del iceberg de algo. Ya llevaba tiempo queriendo hacer alguna incursión en el género y había también como factores que me resultan atractivos, como la la fragmentación temporal, que era algo en lo que nunca había trabajado. Se alinearon una serie de elementos que me resultaron interesantes como para trabajar", explica en conversación con la Cadena SER.
A partir de este suceso, la trama se convierte en un drama psicológico en el que la familia vive marcada por el secreto y el resentimiento. Los hermanos se culpan mutuamente, y él, a pesar de su discapacidad física, maltrata verbal y físicamente a ella. "Soy muy alérgico a las películas que tienen una tesis. Me gusta dejar un cierto espacio como espectador para relacionarme con ellas. Al final obviamente la película hace su vida, la culpa es el cordón umbilical, y las cosas que la rodean pero no tenía la intención de hacer una tesis sobre la culpa", responde sobre la relación de estos mellizos a los que interpretan Julia Martínez y Diego Garisa, dos grandes revelaciones como es habitual en el cine de Fernando Franco, a los que acompaña de Sonia Almarcha y Íñigo de la Iglesia, los padres de esa familia enterrada en mentiras, abusos y una frágil supervivencia.
Luego está la otra familia, el hermano del fallecido (al que da vida Itzan Escamilla) en ese accidente, Nacho Sánchez, que se acerca a ellos no se sabe muy bien si por un sentimiento de duelo o para averiguar qué paso. Ese acercamiento pone el secreto patas arriba. El director lo hace, además, convirtiendo la película en un puzzle, con la citada fragmentación temporal, con elipsis y cambios en los espacios, y también con los dispositivos, con móviles que pueden ser sistemas de vigilancia y control, pero también de suspense porque obligan a rellenar parte de la historia al espectador.
Y así, de la tragedia griega, Franco pasa al drama familiar y al thriller de suspense para contar los recovecos del alma humana, para ahondar en la culpa y en el silencio que generan las grandes crueldades en el mundo. "Soy muy alérgico a las películas que tienen una tesis. Me gusta dejar un cierto espacio como espectador para relacionarme con ellas. Al final obviamente la película hace su vida, la culpa es el cordón umbilical, y las cosas que la rodean pero no tenía la intención de hacer una tesis sobre la culpa. También está el tema de la mentira. Yo intento concentrarme en el retrato de cosas muy específicas, en este caso de una familia muy concreta. No es abordar aquí tanto la familia como institución, pero sí hay algo extrapolable, que es como que al final es una institución que casi todos tenemos, con la que nos relacionamos de una u otra forma, y aquí hay un punta de iceberg en esas relaciones", explica.
El director sevillano ha mostrado en su cine lugares y personajes que la sociedad no quiere ver, como en 'La herida' sobre la enfermedad mental, en 'Morir' sobre los cuidados paliativos, y en 'La consagración de la primavera' sobre la sexualidad de una persona con diversidad funcional. Ahora en 'Subsuelo' se acerca a varios temas, pero uno de ellos no deja de estar de actualidad, la psicología oscura de algunos adolescentes, como uno de los protagonistas del filme, que ejerce control sobre el resto de los miembros de su familia. Ahí también indaga el director en los abusos, en cómo mostrarlos y cómo encontrar una salida a esas dinámicas de poder. "No hay una intención deliberada en hacer una película turbia. La novela ya tenía algo de eso que es innegable y, de hecho, va mucho más allá. Hay un trabajo de contención por mi parte, pero no puedo negar que la película es turbia", concluye.




