Candidato Mamdani, la revolución de la campaña política

Es difícil dar con la tecla del éxito en política, pero el dominio de la comunicación en redes sociales de Zohran Mamdani está revolucionando la forma de hacer campaña en Estados Unidos. La popularidad del candidato demócrata está a punto de llevarle a la alcaldía de Nueva York con solo 34 años. Es el hombre del momento, musulmán de origen ugandés y claro defensor de las políticas sociales, todo un fantasma para el establishment norteamericano.

Mamdani se ha tenido que enfrentar a la xenofobia e islamofobia de sus oponentes, incluido su rival directo a la alcaldía, el ex gobernador Andrew Cuomo. Han llegado a sacar una foto con un imán al que vincularon sin pruebas con los atentados de 1993 contra el World Trade Center. Es consciente de que es objeto de ataques por su fe. “Es un joven socialista, demócrata, inmigrante, musulmán, completamente desconocido hasta hace unos meses y muy odiado por Donald Trump”, explica la periodista Alba Asenjo desde Estados Unidos. A pesar de todo, encabeza las encuestas de cara a las elecciones locales del próximo martes 4 de noviembre.

La música es una de las curiosidades que caracterizan la forma de comunicar de Mamdani, porque también es rapero, bajo el alias Mr. Cardamom. El vídeo del tema ‘Nani’, en el que rinde un homenaje irónico a su abuela, que es una ex trabajadora social y referente de una ONG de la India, es uno de sus últimos hits en YouTube.

El candidato demócrata llegó a Nueva York con siete años, estudió el instituto en el Bronx, luego hizo la carrera de Estudios Africanos en la Universidad de Maine y, desde entonces, ha navegado entre el activismo y la política. Fundó una organización de apoyo al pueblo palestino y en 2020 fue cuando entró a formar parte de la Asamblea de Nueva York y ahí fue donde empezó a dar forma a sus ideas políticas que a día de hoy lo han llevado a presentarse a la Alcaldía.

Propuestas para mejorar el poder adquisitivo

Su proyecto político “se ha distorsionado mucho desde que ganó las primarias”, asegura Asenjo. “sus propuestas se han tildado de comunistas y trotskistas, mientras que en España serían simplemente de izquierdas”. Mamdani habla de que la sanidad y la educación deberían ser públicas y gratuitas, y en concreto propone que los menores de cinco años tengan la sanidad gratis y las guarderías también. Además, tiene dos propuestas estrella que son la congelación de los “alquileres estabilizados”, aproximadamente 1 millón de viviendas en las que los propietarios no pueden subir el precio y hay cierto control contra los desahucios, y crear el supermercado de titularidad municipal que permita que los neoyorquinos compren alimentos a precios más bajos de los que adquieren actualmente.

La crisis de poder adquisitivo es el principal tema en el que ha centrado su campaña el candidato demócrata. “Es un político inusual, pero estamos en una época de políticos inusuales”, dice Federico Steimberg, profesor de Georgetown e investigador del Real Instituto Elcano.

Los demócratas han ganado tradicionalmente en Nueva York, pero Steimberg señala que eran perfiles más de centro, como Andrew Cuomo o Hillary Clinton, que “compran el discurso neoliberal, con mucha influencia de Wall Street”. Ahora Mamdani llega en un momento de “alta polarización del país”, con mucha gente defendiendo que “hay que confrontar a la extrema derecha con la extrema izquierda”. Por eso su discurso, centrado en el control de precios es muy popular entre “muchos votantes de Nueva York que estaban un poco cansados de seguir eligiendo a demócratas moderados que no resolvían ese tipo de problemas de accesibilidad”, asegura el profesor.

Pero más allá de sus promesas de campaña, Mamdani ha sido innovador en las herramientas que utiliza para canalizarlas. “Está utilizando un lenguaje muy desenfadado, muy directo, utilizando las redes sociales. Está entrando al choque, no está mostrándose como un tecnócrata”, subraya Steimberg. “Esto está poniendo de manifiesto que los votantes quieren tal vez algo diferente”, de igual forma que la base de votantes de Trump valora esa manera de comunicar.

Steimberg apunta que la gestión exitosa de Mamdani será clave para el futuro del partido demócrata. “Si finalmente gana y su gestión es razonablemente buena en estos temas, entonces eso va a tener un impacto en el Partido Demócrata en general, porque está discutiendo si debe irse a la extrema izquierda o si debe irse más al centro para lidiar con Trump”, explica. Esto, teniendo en cuenta que lo que se considera extrema izquierda en Estados Unidos equivale a una socialdemocracia a la europea.

La comida como herramienta de campaña

La comida es otra de las herramientas más importantes de Mamdani para difundir su mensaje e imagen amable frente al enfado que destila Donald Trump. De hecho, según el New York Times, Mamdani ha construido su campaña alrededor de la comida.

El experto en gastronomía de la SER, Carlos Cano, ha analizado las referencias culinarias en su campaña. Demuestra una gran habilidad captando la atención de sus electores hablando de sus restaurantes preferidos de Chinatown o disfrazándose de reportero para analizar el precio de la comida callejera, sobre todo cuando es halal. En el vídeo habla de la ‘halalflación’ y a continuación le pega un mordisco a un kebab y se pone a hablar con los cocineros.

Pero uno de los momentos más virales de la campaña de este joven político socialista y musulmán que apoya la huelga de trabajadores de Starbucks fue una foto tomada en el metro de Nueva York, a punto de hincarle el diente a un burrito con el que iba a romper el ayuno del Ramadán. Una foto por la que recibió muchas críticas y que nos sirvió para descubrir su dominio del arte del ‘troleo’. “Han pasado unas horas desde el ‘burritogate’, y solo quería deciros que os leo o escucho y, si fuerais un burrito, os comería”, dijo en otra grabación.

“Hay una generación que ya utiliza como buscador de noticias TikTok directamente o las redes sociales, y si no estás en ese espacio, al final yo creo que desapareces como opción política para un montón de gente. Además, llega un momento en el que al algoritmo ya no le vale con que comunique de una manera tan institucional, digamos, sino que premia que hagas cosas más llamativas la comida, los trucos de maquillaje y también los viajes”, explica la periodista Marina Lobo, que coordina los guiones de Hora Veintipico.

Lobo cree que lo de ver a políticos cocinando o hablando de comida va a ser cada vez más habitual. Algo que suscribe también el politólogo Pablo Simón. “El candidato cada vez pesa más respecto a lo que pesan las ideas y esto hace que este tipo de mensajes no se vean como algo político, sino como algo que hasta cierto punto construye un afecto positivo hacia la persona. Y esto, evidentemente, tiene la capacidad de atraerse a votantes de una manera mucho más transversal”.