El auge de los enfrentamientos broncos entre políticos: "Alimentan la desconexión de los ciudadanos con la política"
Los politólogos Pablo Simón y Estefanía Molina detallan que este aumento en los enfrentamientos verbales, cada vez más agresivos, responden a una polarización en la política y provoca que los españoles se alejen

Fachada del Congreso de los Diputados / EFE

Madrid
Las cámaras parlamentarias han vuelto recoger momentos broncos entre los diputados una semana más. De hecho, solo en la última sesión de control al Gobierno en el Congreso tenemos infinidad de ejemplos, como el protagonizado por la portavoz de Bildu, Mertxe Aizpurua, y la del Partido Popular, Esther Muñoz. Aizpurua exigía a Pedro Sánchez acabar con "los nazis que actúan con total impunidad en este Estado". Después, Esther Muñoz lanzaba el siguiente mensaje que, aunque iba dirijido al presidente del Gobierno, se refirió a la portavoz de Bildu: "Señor Sánchez, jamás le perdonaremos que haya permitido que la mujer que le señalaba en su periódico a gente en España para asesinarla haga estos discursos en esta cámara". Acto seguido lanzó varios "¡qué asco!", entre los aplausos de la bancada popular.
En discursos de cada vez más blancos y negros, los partidos políticos buscan que su titular salga en la prensa y que, además, se haga viral. Según el politólogo Pablo Simón "esta lógica de polarización interactúa con el ánimo de los políticos de ser virales para captar la atención de unos votantes que se acercan a la política a través de las redes sociales".
Unas dinámicas de crispación que se aprecian en esta otra invertención, también de esta semana, entre la vicepresidenta del Gobierno, María Jesús Montero, y el diputado del Partido Popular Elías Bendodo. Primero, Bendodo le pregunta a Montero: "¿No será usted la verdadera fontanera del Partido Socialista?". La vicepresidenta le contesta con un corto "no se lo cree ni usted" y, después, el popular le dice que tiene que ser "altiva y chula, pero con los puteros de su partido". Todo entre aplausos de las diferentes bancadas cuando intervenían ambos.
Se tratan de estrategias que, según la politóloga Estefanía Molina, no benefician a nadie "pero alimentan la desconexión de los ciudadanos con la política, porque la gente está harta de que todo sea polarización, como si no se pudiera pensar de una forma más transversal".
Según el CIS, el 42,1% de los españoles muestra poco o nada de interés en la política. De hecho, según su barómetro de septiembre el "mal comportamiento de los políticos" se sitúa como el cuarto de los 50 principales problemas del país. En 2015, hace 10 años, la política se encontraba en el puesto 13.




