Mary Shelley, Kafka o Nabokov, cómo nos siguen definiendo los clásicos
Guillermo del Toro estrena su adaptación de 'Frankenstein', de Mary Shelley, que la editorial Arpa también ha revisado. Luna Miguel nos invita a dejarnos controlar por Nabokov y a releer 'Lolita'. Victoria Szpunberg parte del imperativo categórico de Kant y de 'El proceso' de Kafka para reflexionar sobre la vivienda y la precariedad

Mary Shelley, Kafka o Nabokov, cómo nos siguen definiendo los clásicos
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
Mary Shelley, Nabokov y Kafka. Frankenstein, Lolita y El Proceso. En este episodio de La Hora Extra os invitamos a releer tres clásicos, desde una mirada contemporánea. El primero de ellos Frankenstein, de Mary Shelly, una historia que cambió la ciencia ficción, que se preguntaba por el origen del mal, si el mal nace o se hace, como comentábamos con Virginia Feito a comienzos de año. La editorial Arpa, a punto de cumplir diez años, hace un par que empezó a experimentar con clásicos. Uno de ellos Frankenstein, con el que nació una criatura literaria que alteró para siempre la forma de pensar sobre la ciencia y el miedo. Guillermo del Toro ha estrenado este fin de semana su esperadísima adaptación cinematográfica, atraído por el patetismo, la tragedia y la extraña belleza del relato.
Escrita como una novela epistolar, es decir, contada a partir de cartas y diarios, es así como conocemos lo que hizo y sufrió el doctor Víctor Frankenstein, un joven inteligente, creativo y apasionado de la ciencia, un estilo que aporta una lectura más subjetiva y personal al lector. "Lo primero y lo más evidente es esta cuestión de jugar a Dios. Es la historia de un científico que quiere construir un ser vivo y lo consigue. Y ese es el monstruo, se habla de Frankenstein como si fuera el monstruo, pero Frankenstein es el científico. Y eso no puede ser más actual y en ese momento histórico no se había hecho todavía", nos explica la escritora Clara Pastor, que escribe el prefacio de una nueva traducción que la editorial Arpa nos trae de este clásico escrito, insistimos, por una mujer que volcó en esa obra los miedos y temores de una época.
El miedo a que los humanos se crean dioses, el miedo a las tensiones políticas y el miedo a odiar y defenestrar al diferente. "Yo creo que, en ese sentido, es un aviso muy contundente de los peligros que eso entraña, de dar vida de una forma antinatural, en este caso con trozos de cadáveres, de otros cuerpos", añade Pastor.

Cubierta de 'Frankenstein o el moderno Prometeo' / Arpa Editores

Cubierta de 'Frankenstein o el moderno Prometeo' / Arpa Editores
Víctor crea un ser humano, llega más lejos que nadie y ese nuevo hombre cobra vida, pero, al contemplar su obra, un ser descomunal, solitario y ávido de afecto, la abandona con horror. Rechazado por todos, la criatura recorre el mundo con una mezcla de curiosidad y rabia, aprendiendo a hablar, a pensar, pero también a odiar. Y que tiene muchas resonancias tanto en el mundo actual como en el lector joven.
Una novela inmortal que anticipó los dilemas éticos de nuestro tiempo y que aún hoy nos interpela. Como bien sabe Guillermo del Toro, que desde niño tenía claro que quería adaptar Frankenstein al cine. Con una mirada más tierna al monstruo que otras adaptaciones, del Toro muestra la admiración por la novela y también las diferencias. Ella era anglicana, él ateo, pero ahora educado en la religión católica. "Creo que cuando hablas de cualquier época y lo haces a través de parábolas o fábulas, lo haces sobre el presente", decía en cineasta en el Festival de Venecia.
¿Hasta dónde puede llegar la ambición humana sin desatar monstruos que no sabemos comprender ni controlar?, ¿qué nos dice Frankenstein en tiempos de la IA? ¿Qué tienen que ver los cambios sociales que se estaban produciendo en el siglo XIX con los de ahora? La novela no está cerrada, por eso sigue siendo estimulante leerla. Por eso y porque la ficción nos lleva a todo tipo de mundos.

Cubierta de 'Incensurable', de Luna Miguel / Lumen

Cubierta de 'Incensurable', de Luna Miguel / Lumen
Incensurable (Lumen, 2025) es el nuevo libro de Luna Miguel, un ensayo novelado, una conferencia sobre el placer y la censura, en torno a Lolita de Vladimir Nabokov, una de las novelas más polémicas de la literatura contemporánea y que, en el año 2029 en el que se produce esta conferencia, ha desaparecido de todas las bibliotecas del mundo. La poeta, escritora y editora nos invita a una relectura de este clásico, como la que hizo ella y tantas después del Movimiento #MeToo. "Lo hicimos acompañadas y la llegada del MeToo fue fundamental, porque hizo que muchas entendiéramos mejor las dinámicas abusadoras de Humbert Humbert", dice Miguel.

La autora reflexiona el deseo, el placer y la censura a la que se vio sometida Lolita y en estos tiempos de gran apagón cultural de nuevo, con tantos libros retirados de escuelas y bibliotecas de Estados Unidos, por ejemplo. Sobre el universo literario, plagado de escritores macho. ¿Qué es un escritor macho? ¿Deberían los machos leer Incensurable o pensarán que es poesía confesional, mujeres escribiendo cosas de mujeres? ¿Qué es un lector criminal?, ¿somos todos criminales en esta sociedad de burbujas ideológicas? De todo ello hemos conversado con Luna Miguel.

Victoria Szpunberg acaba de ser reconocida con el Premio Nacional de Literatura Dramática 2025 por El imperativo categórico, una producción del Teatre Lliure que, después de arrasar durante dos temporadas, por fin sale de Cataluña y llega esta próxima semana, en español, al Teatro de La Abadía, con todas las entradas agotadas.
La protagonista es Clara, interpretada por Àgata Roca (Premio Max y Margarita Xirgu a mejor actriz), una profesora asociada de Teorías Éticas en una facultad de Filosofía y que, como el protagonista de El proceso de Franz Kafka, nunca ha hecho nada malo, pero un buen día se enfrenta a un montón de injusticias. A la precariedad de su trabajo y un jefe de departamento que es imbécil. A un fondo buitre que ha comprado el edificio en el que vive para hacer apartamentos turísticos y tiene que dejar su piso. O a un vecino que no respeta el descanso de los demás con su música machacona.
"Soy una persona tranquila, metódica, disciplinada, igual que el filósofo que más he estudiado, Immanuel Kant, al cual le dediqué la tesis y parte de mi vida", dice Clara, que es una mujer que ha pasado los 50. "Creo que pone el foco sobre la precariedad que vivimos todos, pero sobre todo en la precariedad a una edad que suele ser más vergonzosa y cuesta más asumirla", explicaba la dramaturga y directora en una rueda de prensa en La Abadía.

Àgata Roca, Victoria Szpunberg y Juan Mayorga en la presentación de 'El imperativo categórico' / Ana Mª Caballero

Àgata Roca, Victoria Szpunberg y Juan Mayorga en la presentación de 'El imperativo categórico' / Ana Mª Caballero
El imperativo categórico nace de la experiencia de Szpunberg en su búsqueda de vivienda en Barcelona. "Mi intuición era hacer dialogar a Kant con Kafka, porque me parece que son, en un punto, contrarios. Si Kant es un filósofo sistémico, relacionado con la filosofía hegemónica y patriarcal, Kafka es un escritor y creador "avisador del fuego", como dice Walter Benjamin, que anuncia desde un lugar no tan racional. Esta dicotomía la vive Clara en la obra, ya que empieza siendo "kantiana" y, poco a poco, se inclina más hacia lo "kafkiano"».
Xavi Sáez interpreta a siete hombres con los que se cruza la protagonista, de diferentes edades y ámbitos sociales, pero todos más planos, con menos capas que las del personaje de Àgata, dice Szpunberg. "Todos ellos muy apalancados en el sistema y que funcionan a modo de rol, de estereotipo, desde una cita de Tinder a un psiquiatra que lo único que tiene ganas es de acabar la la consulta. Que sea el mismo actor me pareció una cosa lúdica y muy divertida, además de representar a estos roles masculinos tan rígidos", explica. Hombres macho, que diría Luna Miguel.
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
Victoria Szpunberg, dramaturga: "Buscar piso es muy humillante, tienes que presentar la mejor versión de ti misma para conseguir una madriguera de mierda"
Warhol y Pollock, una relación más allá de lo pictórico
El Museo Thyssen ha reunido en una exposición la obra de Andy Warhol y Jackson Pollock, dos nombres clave en el arte del siglo XX, quienes plantean problemas relacionados con las nuevas estrategias espaciales. Dos artistas más complejos de lo que pudiéramos pensar en una muestra a la que se unen otros de la misma generación.

Precisamente algunas obras de Jackson Pollock están presentes en la exposición Miró y los Estados Unidos, que acaba de inaugurar la Fundación Miró y que explora la influencia mutua entre el artista y el arte estadounidense a través de su trayectoria y visitas a ese país.

Salas de la exposición 'Miró y los Estados Unidos' en la Fundació Joan Miró / Davide Camesasca

Salas de la exposición 'Miró y los Estados Unidos' en la Fundació Joan Miró / Davide Camesasca
Natalia Drago, la cantautora atrapada en España
Nos vamos con una recomendación musical, el nuevo disco de Natalia Drago, Srta. Trueno Negro, una argentina que vino a España a presentar su anterior trabajo en 2020. Las restricciones de la pandemia la dejaron atrapada en nuestro país y aquí se quedó. Apadrinada por J. de Los Planetas, entre otros, El sonido de la felicidad es su nuevo álbum, publicado hace justo un mes.

Natalia Drago, vocalista de Srta. Trueno Negro, posa ante una farmacia en plena gira por su nuevo disco, El Sonido de la Felicidad / Srta. Trueno Negro

Natalia Drago, vocalista de Srta. Trueno Negro, posa ante una farmacia en plena gira por su nuevo disco, El Sonido de la Felicidad / Srta. Trueno Negro










