"No somos totalmente conscientes de cómo nos afecta": por qué nos cuesta tanto cambiar de hora
Los expertos lo explican y detallan cuál sería el mejor horario para nuestra salud

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Cada último fin de semana de octubre, los relojes en Europa se retrasan 60 minutos para dar paso al horario de invierno. Lo que para muchos significa dormir un poco más, para otros es el recordatorio periódico de un debate que parece no tener fin: ¿deberíamos mantener el cambio de hora bianual o suprimirlo definitivamente?
El 93% de los españoles rechaza el cambio de hora
De acuerdo con la consulta pública lanzada por la Comisión Europea en 2018, el 84% de los ciudadanos comunitarios estaba a favor de abolir el ajuste horario estacional. Una medida que, en el caso de España, apoyó el 93% de los participantes en esta encuesta que sirvió de base para que Parlamento Europeo aprobara meses después una propuesta para suprimir el cambio de hora a partir de 2021.
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La eliminación definitiva, sin embargo, sigue pendiente de un acuerdo entre los Veintisiete que no parece cercano. En esta línea, el Gobierno español ha tratado recientemente de reabrir este debate en busca de un consenso comunitario que permita erradicar el cambio de hora en 2026. "Ya no supone un ahorro energético y trastoca los ritmos biológicos", sostiene el presidente, Pedro Sánchez.
Más infartos, ansiedad y accidentes de tráfico
Más allá de los cuestionamientos sobre la eficiencia energética del cambio horario estacional, la comunidad médica coincide en que la medida impacta negativamente en nuestra salud. María José Martínez, coordinadora del grupo de cronobiología de la Sociedad Española del Sueño, explica que estos ajustes provocan una "desincronización del reloj biológico" similar a un leve jet lag.
Sus efectos incluyen fatiga e irritabilidad, menor rendimiento y, en algunos casos, un aumento del "riesgo cardiovascular en días posteriores" al ajuste. Los menores y las personas mayores se ven especialmente afectados por estos cambios que merman la atención escolar y trastocan las rutinas de quienes toman una medicación.
Un estudio realizado por investigadores de la Universidad Stanford vincula el cambio de hora con unos 300.000 infartos cerebrales al año en Estados Unidos. Otros análisis científicos sugieren que el ajuste bianual guarda relación con un mayor riesgo de accidentes automovilísticos, ataques cardíacos y síntomas depresivos.
Sobrecoste de 750 euros al año por habitante
Una investigación elaborada por la London School of Economics apunta a que el cambio de horario, más allá de generar un impacto significativo en nuestra salud, cuesta a las economías más de 750 euros per cápita al año en términos de bienestar.
La reducción del sueño "llega a ser de hasta 40 minutos al día. Y ese efecto se arrastra hasta casi dos semanas", explica en Código de barras el profesor Joan Costa-i-Font, coautor del estudio. También nuestro tiempo de ocio se reduce 10 minutos en los días posteriores al ajuste horario.
"No somos totalmente conscientes de cómo nos afecta", afirma este catedrático de Economía de la Salud de la LSE, quien en su estudio ha tomado en cuenta que el cambio de hora se produce a finales de octubre y marzo, "cuando uno cobra, y no a principio de mes o a mediados de mes, cuando igual a uno le falta dinero".
Su cálculo estima que cada individuo debería recibir 754 euros anuales para compensar el tiempo de sueño perdido y el impacto del estrés acumulado en su salud mental por el cambio de hora. La cifra se basa en datos estadísticos de Alemania, pero "alguien tendría que ajustar eso al poder adquisitivo en España", sugiere el investigador español.
Mantener el horario de invierno, la opción más saludable
El horario de invierno —también llamado estándar— es considerado el más saludable, ya que se ajusta mejor a los ciclos solares. "Cuanto más alineados estemos con el sol, mejor para nuestro cuerpo y nuestra salud”, sostiene la doctora María José Martínez, quien subraya la importancia de respetar los ritmos circadianos.
"Amanecemos antes y recibimos más luz por la mañana, que es la señal más importante para sincronizar nuestro reloj interno. En cambio, el horario de verano nos deja con más oscuridad durante la mañana, retrasando el sueño, provocando más cansancio y problemas de salud a largo plazo", concluye la portavoz de la Sociedad Española del Sueño.
No obstante, la población no siempre prioriza la necesidad de salud. "Si preguntas a la gente si estaría de acuerdo en que le forzaran a hacer ejercicio cada día, votaría en contra porque no queremos hacer ejercicio cada día", afirma el profesor Costa-i-Font. "¿Estamos dispuestos a que nos pongan un horario mejor para nuestra salud a pesar de que tenga un coste en términos de sacrificio? Ahí está el debate", se pregunta desde Londres, donde están pendientes de que la UE se decida a dar el paso.
La UE retrasa el acuerdo
Han pasado más de cinco años desde que el Europarlamento aprobó eliminar el ajuste horario estacional, pero la medida sigue pendiente del visto bueno de los Veintisiete. A pesar del consenso mayoritario sobre su pérdida de efectividad, los gobiernos comunitarios no se ponen de acuerdo sobre la franja más conveniente para el conjunto de la Unión.
Mientras algunos socios del norte se inclinan por mantener el horario estándar, sociedades más meridionales prefieren el esquema horario de verano, más favorable a la cultura de ocio y hostelería. De hecho, el 68,5% de los españoles optaría por mantener el horario de verano todo el año, según el barómetro del CIS. Un sentir popular que, sin embargo, no va en hora con las recomendaciones de la ciencia.

Fernando Bayo
Director y presentador de 'Código de Barras'




