Recuerda: cuando Hitchcock se convirtió en psicoanalista
Se cumplen 80 años del estreno de la película protagonizada por Ingrid Bergman y Gregory Peck

Ingrid Bergman y Gregory Peck en una escena de Recuerda de Alfred Hitchcock

Recuerda fue la primera película de Hollywood en abordar el mundo del psicoanálisis. En los años 40 del siglo XX las doctrinas de Sigmund Freud hacían furor en los Estados Unidos y el cine iba a participar también de esa moda. Tras Recuerda llegarían otras películas construidas sobre traumas no resueltos del inconsciente y que se abordaban desde todos los géneros. Desde el western Perseguido, al melodrama Cartas a mi amada o al thriller La escalera de caracol. Ya en los títulos de crédito de Recuerda nos dejan claro con un rótulo explicativo que el psicoanálisis funciona como un detective de la mente.
El origen de la película parece remontarse a los problemas personales y depresivos que había sufrido el productor David O. Selznick por la tensión acumulada de los rodajes de Lo que el viento se llevó y Rebeca. Selznick fue tratado por una psicoterapeuta que utilizaba el método de Freud y eso despertó el interés del productor por el tema. Hitchcock le convenció entonces para comprar los derechos de una novela titulada La casa del Dr. Edwards que, aunque se trataba más de un relato de terror que de suspense, convenientemente adaptada podía convertirse en un thriller en el que psicoanálisis resolvía un misterio. El productor aceptó la propuesta y el mítico guionista Ben Hetch se encargó de la adaptación junto al director. Eso sí, Selznick impuso como asesora a la psiquiatra que le había tratado y parece ser que Hitchcock acabó bastante harto de ella, ya que no paraba de ponerle pegas al guion.
En Recuerda Ingrid Bergman da vida a una psiquiatra que trabaja en un sanatorio mental. A este sanatorio llega un nuevo director al que da vida Gregory Peck. El flechazo entre los dos es instantáneo y en los días siguientes surge el amor entre ellos. Sin embargo, ese nuevo director resulta ser otra persona que está convencido de ser el asesino del director. La psiquiatra no lo cree y no solo le ayuda a escapar, sino que tratará de penetrar en su mente para resolver el misterio.
Recuerda fue la primera de las tres películas que Ingrid Bergman rodó con Hitchcock. Luuego trabajaría con él en Encadenados y Atormentada. La actriz no estaba muy convencida de su personaje ya que no creía en la historia de amor y no paraba de trasmitirle sus dudas al director. “Yo le dije que no me sentía motivada, que no podía darle ese tipo de emoción. Él me escuchó en silencio un buen rato hasta que acabé de hablar y al terminar solo dijo: ¡Ingrid, fíngelo! Y ese ha sido el mejor consejo que me han dado en mi vida porque en los años siguientes hubo muchas veces que los directores me daban instrucciones imposibles y justo cuando estaba a punto de empezar a discutir oía en mi cabeza la voz de Hitchcock que decía: ¡Ingrid, fíngelo! Eso me ha ahorrado muchas situaciones desagradables y pérdidas de tiempo”, contaba la propia actriz.
En cuanto al protagonista masculino Hitchcock deseaba a Cary Grant o a Joseph Cotten, pero ambos rechazaron el papel por problemas de agenda. Fue entonces cuando Selznick decidió darle la oportunidad a uno de los jóvenes y prometedores actores que tenía en nómina. Gregory Peck era todavía un actor inexperto en su segundo año de carrera. Parece ser que el director estuvo bastante distante con él y no le dirigió apenas. Y eso que, debido a su inexperiencia, hubiera necesitado una mayor guía. Algo que siempre lamentó el actor. “Lamento mucho no haber sido su tipo de actor y desde luego no lo era por entonces. Me habría gustado trabajar con él diez años después. Creo que se decepcionó conmigo porque no podía reproducir las expresiones que él deseaba. Él tenía ideas preconcebidas de cómo debían ser las expresiones de los rostros de los actores y las planeaba con tanto cuidado como los ángulos de la cámara”, explicaba el actor En 1987 Gregory Peck reveló en una entrevista que Ingrid y él vivieron un romance durante el rodaje. Romance que se mantuvo en secreto ya que ambos estaban casados. El actor solo lo contó cuando la actriz ya había fallecido.
Entre los secundarios de la película destaca sobre todo Mijaíl Chéjov, sobrino del dramaturgo ruso Anton Chejov. Chéjov interpreta a un veterano psiquiatra que fue maestro de la protagonista. Por su trabajo Mijaíl Chejov fue nominado al Oscar al mejor actor de reparto. Él es quien a través de la interpretación de los sueños del protagonista da la clave para resolver el misterio.
Los amantes del virtuosismo de Hitchcock encontraran numerosas escenas en ese sentido. Ese primer plano de una navaja de afeitar, el beso de los protagonistas subrayado con la metáfora de cuatro puertas consecutivas que se van abriendo o la famosa escena final, con la pistola que da la vuelta apuntando y disparando hacia la cámara. Pero sin duda la escena más conocida de la película es la escena del sueño. Gregory Peck relata a los psiquiatras un sueño que ha tenido y en el que ésta la clave de su problema. Para esta escena el director pidió que contrataran a Salvador Dalí para diseñar los decorados y las imágenes que se ven en ese sueño. “Yo pedí trabajar con Dalí. Selznick, el productor, creía que yo le quería por su valor publicitario, pero no era por eso. Lo que buscaba de él era su capacidad para recrear la intensidad de los sueños”, afirmaba el realizador británico. Lo que no aceptó Selznick, en cambio, fue otra idea del director. “En realidad, quería que las secuencias del sueño se rodaran en exteriores, no en el estudio. Quería que se rodaran bajo un sol brillante. Y lo quería así para evitar el tópico cinematográfico porque todos los sueños en las películas aparecen borrosos y oscuros. Quería a Dalí porque él pinta imágenes oníricas pero luminosas, que es como deberían ser”, decía Hitchcock.
La secuencia se dejó para el final y Hitchcock no la completó del todo ya que tenía que viajar a Londres por ciertos compromisos personales. El trabajo fue terminado por el director William Cameron Menzies, pero Selznick, que odiaba la fama de excéntrico de Dalí, decidió en ausencia del director recortar la secuencia en el montaje y ésta, que originalmente duraba más de 15 minutos, fue reducida a apenas un par. Tampoco se respetó la idea que tenía Hitchcock para el título de la película. Él quería llamarla Impulso oculto, pero a Selznick no le gustaba y al final se impuso una ocurrencia de la secretaria del estudio, Ruth Rickman, que propuso Spellbound, una palabra que en castellano podemos traducir como hechizado o embelesado. En este caso el título que se le dio en España creemos que mejora al original: Recuerda, la palabra que Ingrid Bergman repite una y otra vez tratando de llegar al origen del trauma del protagonista.
Aunque en lo musical casi siempre se piensa en Bernard Herrmann cuando hablamos de películas de Hitchcock lo cierto es que el único título del director que fue premiado con un Oscar a la mejor banda sonora fue Recuerda, la primera y única colaboración de Miklós Rózsa con el genio del suspense. Y eso que al director no le gustó nada su trabajo. Pensaba que sus notas para las escenas de amor eran demasiado grandilocuentes y de un subrayado excesivo. Según contó el músico, los dos tuvieron una fuerte discusión y a partir de entonces nunca más volvió a ver al director. En la banda sonora de Recuerda destaca especialmente la utilización por primera vez en la música de cine del theremín, un instrumento electrónico que transmite una sensación mareante y fantasmal y que suena cada vez que el protagonista experimenta los ataques que lo dejan catatónico. Aunque la película fue un éxito de taquilla y fue nominada a seis Oscar, entre ellos el de mejor película, durante un tiempo se consideró a Recuerda una obra menor de Hitchcock. Sin embargo, con los años, ha ido siendo reivindicada como uno de los grandes films del director. Una película que conecta con otras obras suyas como Vértigo o Marnie la ladrona y en la que están algunos de sus temas preferidos: el falso culpable, las obsesiones y sobre todo una historia de amor tan sufrida como apasionada. Una película en definitiva capaz de mezclar con éxito el amor con los pasadizos oscuros de la mente humana.




