Toni Aira, politólogo: "Los personajes como Trump o Milei son buenos para ganar elecciones; para gobernar, ya si eso"
El autor de 'Mitólogos' analiza cómo la política actual premia la imagen y la emoción por encima del discurso racional

Toni Aira, politólogo: "Los personajes como Trump o Milei son buenos para ganar elecciones; para gobernar, ya si eso"
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Donald Trump con su gorra roja, Javier Milei con su motosierra, Giorgia Meloni con su uniforme negro. Son imágenes que han trascendido el discurso político para convertirse en símbolos de una nueva forma de liderazgo: emocional, icónica, viral. Toni Aira, politólogo y autor del ensayo Mitólogos. El arte de seducir a las masas (Debate), lo resume en A vivir que son dos días con una frase que condensa el fenómeno: "Estos personajes son buenos para ganar elecciones; para gobernar, ya si eso".
Aira analiza cómo la política contemporánea ha sustituido el razonamiento por la imagen. "Vivimos en una sociedad que ha reemplazado el pensar por el mirar", afirma. La gorra de Trump, por ejemplo, no es solo un accesorio: es una condensación simbólica de su ideología, una herramienta de seducción masiva que conecta con emociones profundas. "Nos creemos más listos que nunca, pero nos seducen más que nunca", advierte.
La clave está en la coherencia emocional, incluso dentro de la incoherencia política. "Trump se reivindicaba como 'unpredictable', y eso tiene premio", explica Aira. Lo mismo ocurre con Milei, cuya motosierra no representa una política concreta, sino una promesa de ruptura. "Ya no hablamos de recortes con tijeras, sino de demolición con motosierra", ironiza.
Pero el éxito electoral no garantiza eficacia en el gobierno. "Trump perdió la reelección, entre otras cosas, por cómo gestionó la pandemia", recuerda Aira. La imagen que seduce no siempre sirve para gobernar. "Son personajes que viven de la antipolítica, pero ejercen como políticos", señala.
Aira también apunta que esta lógica no es exclusiva de los populistas de derechas. "Pedro Sánchez, por ejemplo, construyó su relato de regreso al poder con un Peugeot viejo y una gira por las sedes del PSOE. Fue como Odiseo volviendo de Troya", compara. La imagen del coche desgastado funcionó como símbolo de cercanía y resistencia.
El politólogo no se limita a denunciar esta tendencia, sino que invita a entenderla y a entrenar la mirada crítica. "Ser ignorante ha dejado de ser sexy", dice, citando a Lipovetsky. Y aunque reconoce que los medios de comunicación avanzan "a tientas" en esta nueva selva digital, defiende que aún hay espacio para un discurso político que combine emoción y razón: "Una dosis adecuada de emoción puede curar; una sobredosis, matar".
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Entrevista de 'A Vivir' a Toni Aira




