Aimar Bretos, desde Valencia: "La pregunta que queda por contestar un año después es qué le preocupaba a Mazón mientras esta tierra se ahogaba"
El presentador de 'Hora 25' visita la zona 0 de la DANA un año después

Es 28 de octubre y estamos en Valencia. Mañana se cumple un año de la DANA y mañana se celebra aquí el funeral de Estado con el que se quiere recordar a las víctimas mortales de uno de los peores desastres naturales que ha vivido España. 229 personas perdieron la vida ahogadas, arrastradas por el agua, sin poder hacer nada, sin poder protegerse, sin poder reaccionar, porque no sabían lo que estaba pasando.
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Nadie les había avisado. Muchas personas murieron intentando salvar a sus seres queridos. Madres perdieron a hijos, hijas perdieron a padres, y hay hermanos y amigos que nunca se volvieron a ver con vida. Más de cien abuelos no tuvieron la fuerza suficiente para aguantar agarrados a una verja o a una rama sin que la corriente se los llevara por delante o murieron atrapados en una residencia. Esa noche, demasiadas personas vieron morir a sus vecinos delante de su propia casa.
A muchos la catástrofe les pilló en el coche, volviendo del trabajo, haciendo la compra en el supermercado o en el sofá de su salón. El que pudo, se subió a un árbol, a un tejado, a un camión. El que no pudo, fue arrastrado por una masa descomunal de aguayes, escombros, coches, árboles y todo lo que la riada se encontrara a su paso. Durante horas, se extendió un sentimiento compartido y lleno de incertidumbre entre quienes conseguían salvarse: ¿Se habrá salvado mi familia? ¿Esto habrá terminado ya o lo peor todavía está por llegar?
Ese fue el terror que se vivió en Valencia, también en Castilla-La Mancha, hace ahora un año. Un procedimiento judicial abierto investiga si se pudieron evitar esas muertes; si las decisiones que tomó la Generalitat durante todo aquel día sirvieron o no para proteger a los ciudadanos de la catástrofe o si la ausencia de decisiones la agravó aún más; si las autoridades atendieron los avisos de las agencias que alertaron de lo que venía o si escucharon las miles de llamadas al 112 que se produjeron desde muy temprano en la mañana. Y, sobre todo, si hicieron lo que tenían que hacer al escucharlas.
Un año después de la DANA, sabemos mucho de todo lo que pasó ese día. Sabemos a qué hora fueron todas las llamadas, todas las reuniones, todas las decisiones y también todos los silencios. Pero todavía hay muchos ángulos oscuros. Puntos negros que han estado rodeados de mentiras y de cambios de relato. La mayoría de ellos, sobre dónde estaba el president de la Generalitat, Carlos Mazón, mientras miles de personas hacían lo imposible para salvarse. Qué estaba haciendo.
Qué le preocupaba en ese momento. Es la pregunta que se hacen los familiares de las víctimas. Es la pregunta que nos hacemos todos. Un año después de la DANA, Mazón sigue siendo president, pero cada vez se estrecha más el cerco para que responda qué demonios hacía el día que su comunidad se ahogaba.




