Pasos de yenka

Madrid

Estos días son oportunos para reflexionar sobre los efectos de la acción del hombre en la naturaleza. No existen hoy problemas más dramáticos y acuciantes que la prevención ante peligros extremos como los que se han dado en los últimos tiempos: incendios espeluznantes, danas asesinas, explosión de volcanes aparentemente apagados, etcétera.

Con motivo del primer aniversario de la dana hemos conocido, por ejemplo, que la misma es la mayor catástrofe para la salud mental de la historia de España, incluyendo los atentados terroristas del 11-M .

Por ello no se entienden los pasos de yenka que da la Unión Europea en relación con estos problemas, quizá aprisionada por la presencia cada vez mayor en sus filas políticas de los negacionistas de extrema derecha. No habría asunto mejor que el cambio climático para mostrar rigor y liderazgo en relación con otras zonas del mundo.

Los fenómenos climáticos extremos crecen en nuestro continente. Si la Unión Europea no atiende hacia la necesaria compasión sobre los ciudadanos castigados, que lo haga al menos teniendo en cuenta sus costes para el conjunto de la población. Un reciente estudio ha calculado que los 16 países que han registrado este verano eventos climáticos extremos han tenido pérdidas que superarán los 43.000 millones de euros. A España le corresponde el 30% de esa cantidad.

Pero los económicos no eran los únicos valores con los que se construyó Europa.