Un barco perdido en 1856 dio lugar a la papelería más antigua de Europa: así es la increíble historia de José y Josefa
Su tataranieta, Lucía Mejías Ferrer, nos cuenta cómo se han adaptado a los nuevos tiempos
Un barco perdido en 1856 dio lugar a la papelería más antigua de Europa: así es la increíble historia de José y Josefina
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
Madrid
La papelería más antigua de toda Europa está en España. Concretamente en Sevilla, donde José y Josefa inauguraron la Papelería Ferrer en el año 1856 como método de supervivencia. Así nos lo ha contado su tataranieta, Lucía Mejías Ferrer, quien ha visitado este martes El Faro de la Cadena SER en calidad de invitada para hablarnos acerca de esta papelería que nació gracias a un descuido que cambió la historia de la familia para siempre: "Mis tatarabuelos, fabricantes de tinta y de papel allá en el 1856, tenían en mente expandirse y hacer lo que por aquel entonces se llamaba las Américas".
Más información
Sin embargo, cuando ya tenían todo listo para marcharse a descubrir el continente americano, la pareja perdió el barco. Dado que el próximo no zarparía hasta seis meses más tarde, José y Josefa decidieron amenizar esta espera montando su propia papelería en la capital hispalense, tal y como recuerda su tataranieta: "Decidieron trabajar en lo que sabían hasta que partiera el siguiente barco". Y fue una experiencia tan gratificante que, pasados esos seis meses, decidieron continuar en Sevilla. Desde entonces, la papelería ha sobrevivido a todos y cada uno de los acontecimientos a los que ha tenido que hacer frente en los últimos 170 años.
"Siempre ha estado abierta"
La papelería ha sobrevivido a una guerra civil, a dos guerras mundiales, a una dictadura e incluso a una pandemia mundial como la del 2020. Y siempre ha estado abierta: "Yo creo que el único momento en el que se ha cerrado la papelería ha sido durante la pandemia, en esta quinta generación, pero siempre ha estado abierta". Pero esto no quiere decir que haya sido sencillo ni mucho menos: "Yo digo que cada generación ha tenido su propio caballo de Troya. En el caso de mi madre fue el cambio de lo analógico a lo digital y, en el mío, la venta feroz por Internet".
En todo este tiempo, la familia se ha enfrentado a un sinfín de cambios y ha sido testigo del cierre de cientos y cientos de comercios locales que les acompañaban en el día a día. De ahí que no les haya quedado más remedio que ir reinventándose para sobrevivir al paso del tiempo. Pero todavía hay espacio para los más románticos del papel: "Hoy en día uno de los productos que más vendemos es el papel de carta. Es una cosa muy curiosa. Nosotros tenemos unos sets de cartas muy bonitos, muy románticos y muy clásicos. Puedes encontrar tarjetas pequeñas, tarjetas más grandes... y también adaptadas para el correo postal. Se venden muchísimo".
Una papelería especializada
Por lo tanto, y a pesar de que estemos cada vez más digitalizados, todavía hay gente que sigue escribiendo: "A la gente le sigue gustando recibir cartas escritas a mano y a nosotros nos encanta que eso siga pasando y nos gusta colaborar además a ello". De hecho, cuentan con artículos de lo más especiales para quienes disfruten de este noble arte de escribir a mano: "A mí un artículo que me encanta vender son los sellos de lacre. Me fascina eso de cerrar tu sobre de color marrón y ponerle un lacre de color burdeos o ponérselo de color malva o de colores como la oliva. La verdad es que tenemos un producto muy, muy bonito".
Pero no solo eso: "Luego también tenemos tintas de olores y de brillos con diferentes matices y tonalidades. La verdad es que son artículos muy bonitos y muy curiosos". Por lo tanto, y a pesar de que parezca que lo digital le haya ganado el pulso a lo analógico, desde la Papelería Ferrer siguen vendiendo cada día artículos para todo tipo de públicos.
David Justo
(Astrabudua, 1991) Periodista especializado en tecnología que aborda la vida digital desde otro punto...
