Aumentan a 132 los muertos en la operación más letal de la historia contra el crimen organizado en Río de Janeiro

Madrid

Río de Janeiro ha amanecido este miércoles en aparente calma tras una de las operaciones policiales más violentas de los últimos años. El despliegue contra el Comando Vermelho, el grupo criminal más poderoso de Brasil, deja ya 132 muertos y 81 detenidos en la zona norte de la ciudad. La cifra podría aumentar en las próximas horas, una vez se recuperen todos los cuerpos. Es ya la operación policial más letal de la historia de la ciudad brasileña.

Según el Centro de Operaciones y Resiliencia de Río (COR-Rio), la ciudad ha vuelto a la fase 1 de evaluación de riesgo urbano, lo que implica condiciones normales para la movilidad y los servicios públicos. Pero en las calles, el ambiente sigue siendo tenso: avenidas vacías, negocios cerrados y un silencio poco habitual en la "Cidade Maravilhosa".

La operación, liderada por la Policía Militar y Civil, tenía como objetivo desarticular una red de narcotráfico con presencia en varias favelas. Las autoridades han confirmado 64 muertes durante el operativo, incluidos cuatro agentes. Sin embargo, en las últimas horas se han encontrado más de 60 cuerpos en zonas forestales del Complexo do Alemão, lo que ha disparado las sospechas sobre posibles ejecuciones extrajudiciales.

Una ONG en defensa de los derechos humanos ha denunciado que muchas de estas muertes podrían haber sido "practicadas por el Estado". Según su abogada, las marcas en los cuerpos fueron fotografiadas siguiendo el protocolo de la ONU para investigar muertes potencialmente ilícitas. La organización ha presentado una medida cautelar ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, solicitando la presencia de investigadores internacionales.

Al menos 32 cadáveres fueron trasladados a la Praça São Lucas, en la Estrada José Rucas, una de las principales vías de la región, para facilitar su identificación por parte de los familiares. En las favelas afectadas, el paisaje es desolador: calles vacías, viviendas cerradas y decenas de cuerpos que permanecieron durante horas en la vía pública.

La magnitud del operativo ha reabierto el debate sobre el uso de la fuerza en las intervenciones policiales en Brasil, especialmente en las comunidades más vulnerables.

La operación policial buscaba ejecutar 100 órdenes de prisión contra miembros del Comando Vermelho, una de las dos facciones criminales más poderosas de Brasil, en dos complejos de favelas, las de la Penha y del Alemão.

Durante las acciones realizadas con el apoyo de 2.500 agentes y decenas de vehículos blindados, fueron arrestados 81 sospechosos y se requisaron 93 fusiles y media tonelada de drogas, según el último comunicado del Gobierno regional.

Los miembros de la banda respondieron a la operación con bloqueos en varias vías de la zona norte de Río, lo que llevó a interrupciones en el tránsito de un centenar de líneas de autobuses y al cierre de decenas de escuelas y centros de salud.

Este miércoles, la ciudad amaneció sin nuevos bloqueos después de la jornada de caos, si bien la mayoría de comercios y escuelas de los barrios afectados se mantienen cerrados.