Joan Romero, catedrático emérito de Geografía Humana: "El agua siempre reclama lo que es suyo. Si lo hemos ocupado, llega la catástrofe"

Se cumple un año de la DANA que arrasó València. Unas inundaciones sin precedentes que dejaron 229 fallecidos y cambiaron la vida de miles de valencianos para siempre. Las fuertes riadas se llevaron por delante los vehículos, el agua entró en las casas y los comercios y el lodo ensuciaba las calles de todas las poblaciones afectadas por esta tragedia. Un año después, todavía los vecinos luchan por volver a una normalidad que no saben si recuperarán y continúan trabajando en un proceso de reconstrucción que puede alargarse durante varios años.

Varios de los municipios afectados por las inundaciones en la Comunitat Valenciana han sido construidos sobre zonas inundables, con edificaciones en torno a los cauces y las ramblas. Joan Romero, catedrático emérito de Geografía Humana de la Universidad de València ha explicado el peligro que presentan estas construcciones en lugares donde la naturaleza siempre busca seguir su cauce. "A veces hemos sido poco respetuosos con la naturaleza y muy imprudentes a la hora de ocupar el territorio. La geografía siempre vuelve", incide.

En territorios como los afectados por la DANA, hay que tenerle particular respeto al agua. El triángulo que conforman Murcia, Tarragona y las Islas Baleares es y será especialmente vulnerable a los efectos del cambio climático, que se manifiestan, cada vez más, con mayor intensidad, dando lugar a fenómenos extremos como el vivido el pasado 29 de octubre. "Cuando se interrumpen cauces que estaban ahí, el agua busca siempre su salida. El agua siempre vuelve con escrituras de propiedad en la mano y reclama lo que es suyo. Si lo hemos ocupado, aparece la catástrofe", recalca.

A pesar del peligro que supone construir en estas áreas, durante décadas se han erigido municipios que ahora cuentan con una densidad de población extrema como Benetússer o Paiporta. Joan Romero advierte que estas décadas de ocupación desordenada e imprudente del territorio, la creación de grandes áreas metropolitanas se ha llevado a cabo con la vista fijada en la actividad económica, dejando de lado el poder de la naturaleza. "Cuando la naturaleza se pone en marcha, el agua es así de devastadora."

El peligro añadido del cambio climático

El presidente de la Comunitat València, Carlos Mazón, en una comparecencia con motivo del aniversario de la DANA, ha reiterado que la magnitud de la tragedia ante la intensidad de las lluvias no tiene precedentes. Algo que Romero ha desmentido: "Los científicos ya nos dicen que esto del cambio climático significa, en estos territorios, que las cosas se van a extremar mucho. De modo que no es sin precedentes, tenemos que acostumbrarnos a estas situaciones para el futuro ya. Esto ya no es coyuntural, es estructural y tenemos que acomodar las políticas públicas, la ordenación territorial, los protocolos y los sistemas de alarma."

En ese sentido, el experto insiste en que no es adecuado que la reconstrucción se lleve a cabo sobre las zonas inundables que tan afectadas se han visto ante las riadas, lugares donde una tragedia como esta podría repetirse con los años ante el mayor impacto del cambio climático. "Debería obligar a los poderes públicos a repensar", asegura, a la vez que reconoce que son barrios y pueblos enteros levantados al rededor de los barrancos, lo que lo hace muy difícil.

"Actuaciones parciales sí que se podrán hacer y no volver a aprobar planes de residencia o no volver a aprobar ubicaciones de polígonos industriales en zonas que ya sabemos que son inundables, se puede hacer. Hay que trabajar mucho ahora para mitigar, para adaptarnos. No podemos levantar un pueblo, es evidente, pero se pueden mitigar mucho los efectos", concluye.