La falta de mujeres en Tailandia lleva a los hombres a hacer cosas inimaginables para encontrar pareja

Durante décadas, el gobierno vietnamita promovió políticas de control de natalidad que, combinadas con una fuerte preferencia cultural por los hijos varones, han generado un desequilibrio demográfico que hoy se traduce en una realidad insólita: hay muchos más hombres que mujeres en edad de casarse. En algunas franjas de edad, el porcentaje de hombres supera el 60%, mientras que el de mujeres apenas alcanza el 40%.

Este fenómeno, que comenzó como una consecuencia indirecta de la planificación familiar, ha derivado en una auténtica revolución social. Según relató el periodista y guía Chema Rodríguez desde Hanói en el programa SER Aventureros, los hombres vietnamitas están recurriendo a métodos cada vez más creativos y a veces desesperados para encontrar pareja. "Hay padres que pasean por las calles con carteles ofreciendo a sus hijos como candidatos al matrimonio", explicó. "Los anuncios matrimoniales se han convertido en parte del paisaje urbano".

La escasez de mujeres ha provocado un empoderamiento femenino sin precedentes en el país. "Las mujeres tienen ahora más poder de decisión, más opciones y más exigencias. Es un cambio que se nota en todos los ámbitos", señaló Rodríguez. En paralelo, los hombres se enfrentan a una competencia feroz que los obliga a destacar, a ofrecer estabilidad, educación, incluso propiedades, para ser considerados por posibles parejas.

Este desequilibrio no solo afecta al ámbito sentimental. También tiene implicaciones económicas, sociales y culturales. "En algunas zonas rurales, donde la migración femenina hacia las ciudades es más acusada, los hombres se ven obligados a buscar pareja en otras regiones o incluso en países vecinos", explica. El fenómeno ha dado lugar a agencias de emparejamiento transfronterizas y a un mercado informal de matrimonios que, en ocasiones, roza la explotación.

Chema Rodríguez, que lleva más de dos décadas viajando por Vietnam, asegura que el país ha cambiado radicalmente en los últimos años. "Vietnam está subido a la ola del desarrollo tecnológico y económico, pero conserva muchas de sus tradiciones. Esta paradoja entre modernidad y costumbres ancestrales se refleja también en cómo se vive el amor y el matrimonio", afirmó.