La otra vida del delantero que amenaza al Rayo Vallecano en primera ronda de Copa: "Por las mañanas trabajo como enfermero en Getafe"

La Copa del Rey ha devuelto la ilusión a puntos de España en los que el fútbol de élite se avista desde la distancia. Por primera vez en la temporada, los 'grandes' se abren paso en los campos humildes. Uno de los focos de este miércoles estará en Yuncos, pueblo toledano a escasos kilómetros de la Comunidad de Madrid, donde SER Deportivos ha podido charlar con uno de los 'héroes de barro' que buscarán dar la campanada frente a todo un 'EuroRayo'.

El CD Yuncos-Rayo Vallecano de este miércoles (21:00 hora peninsular española) lleva tiempo rondando la cabeza de Óscar Fernández, ariete del conjunto yunquero que ha sido protagonista en la antena de la SER horas antes del encuentro: "Los futbolistas semiprofesionales siempre soñamos con vivir algo mágico y jugar en un estadio lleno y por suerte esta noche lo vamos a poder vivir con nuestra afición aquí en Yuncos", presumió, deseoso de que el estadio Villa de Yuncos vibre en una cita histórica.

A sus 36 años, el jugador todavía no se hace a la idea de lo que será medirse con figuras reconocidas de Primera División. "Ni en mis mejores sueños me había imaginado que me va a defender Lejeune o el 'Pacha' Espino. Como estamos acostumbrados a verlos por televisión, no te imaginas que los vayas a ver a tu lado", reconoció, citando algunos de los defensores del Rayo Vallecano a los que tratará de poner a prueba y prometiendo: "Fácil no se lo voy a poner, eso seguro".

La eliminatoria de Copa del Rey se antoja ahora como un premio en la dilatada carrera de Óscar Fernández, un futbolista que demuestra su amor por su equipo sin cobrar ni un euro y compaginando su vida deportiva con varios empleos. "Por las mañanas trabajo en un servicio de prevención de riesgos laborales como enfermero en Getafe y también voy algunas tardes a un pueblo de aquí al lado, Bargas, a la residencia a sacarle una sonrisa a los ancianos y ayudarles en lo que haga falta", se sinceró, haciendo cábalas de la fiesta que podrá vivirse en Yuncos.