Vivito y coleando

Madrid

El paroxismo de la comisión de investigación del caso Koldo en el Senado llegó cuando el portavoz del PP, el senador Alejo Miranda, propuso un careo entre el presidente del Gobierno, Koldo García y el empresario Víctor de Aldama.

Nada más lejos de la realidad. En ese momento Pedro Sánchez ya sabía que si no cometía algún error en el poco tiempo que quedaba, saldría de la sala Clara Campoamor de la cámara alta vivito y coleando.

Su principal misión hasta ese momento había sido administrar los tiempos y evitar que le sacasen de quicio los representantes de las diversas derechas que, una vez más, abusaron de la hipérbole y del atosigamiento. El resultado fue el caos, no la claridad.

Lo más inquietante de lo sucedido en esa comisión fue la devaluación del Senado, que se está convirtiendo en una especie de Congreso bis con mayoría absoluta del PP. Lo expuso el presidente de Gobierno: en una cámara que dedica el 75% de su tiempo a asuntos distintos de lo territorial apenas queda nada del artículo 69 de la Constitución, que es el que le define.

En este aspecto, junto al de la intervención atropellada del representante del PP que tanto favor hizo a Sánchez, el Senado se convirtió hoy en otra institución susceptible de convertirse en carne picada.