El villano que inspiró al señor Burns de 'Los Simpson' nació en una película navideña

Antes de que el señor Burns se convirtiera en el despiadado magnate de Springfield, su esencia ya había sido retratada en el cine clásico. El creador de Los Simpson, Matt Groening, confesó que se inspiró en el personaje del señor Potter de ¡Qué bello es vivir! para dar forma al icónico villano de su serie. Y así, una película navideña de 1946 terminó dando vida a uno de los antagonistas más reconocibles de la televisión contemporánea.

El señor Potter, interpretado por Lionel Barrymore, es el antagonista de George Bailey (James Stewart) en el clásico dirigido por Frank Capra. Dueño de casi todos los negocios del pueblo, Potter representa el capitalismo más despiadado: un banquero sin escrúpulos, obsesionado con el control y la codicia, que desprecia a la gente común y busca destruir la pequeña compañía de préstamos que lidera Bailey. Su figura, uraña y siempre en silla de ruedas, encarna la avaricia y el poder sin empatía.

Aunque en el guion original no estaba previsto que Potter usara silla de ruedas, Barrymore tuvo que hacerlo debido a una lesión de cadera y una artritis severa. Esa imagen —un hombre mayor, rico, cruel y físicamente limitado— quedó grabada en la memoria colectiva y fue clave en la construcción del señor Burns: otro anciano millonario, despiadado, que desprecia a sus empleados y cuya sola presencia impone temor.

La conexión entre ambos personajes no es casual. Potter y Burns comparten no solo rasgos físicos, sino también una filosofía: el desprecio por la solidaridad, la obsesión por el control y una visión del mundo en la que el dinero lo es todo. En ¡Qué bello es vivir!, Potter llega incluso a provocar la ruina de Bailey y a empujarle al borde del suicidio. En Los Simpson, Burns no duda en contaminar ríos, despedir empleados por capricho o intentar bloquear la luz solar para aumentar sus beneficios.

La inspiración de Groening demuestra cómo el cine clásico sigue influyendo en la cultura popular. El señor Potter, nacido en una historia navideña que celebra la bondad y la comunidad, terminó siendo el molde de uno de los villanos más longevos y reconocibles de la televisión. Un legado oscuro que, paradójicamente, nació en una película que defiende todo lo contrario.