Trump, las elecciones de 2026 y el tercer mandato
El presidente de Estados Unidos intenta alterar las elecciones de mitad de mandato mientras agita el fantasma de presentarse otra vez en 2028, algo que le prohíbe expresamente la Constitución

El presidente de EEUU, Donald Trump / ANDRES MARTINEZ CASARES (EFE)

Dentro de justo un año, el 3 de noviembre de 2026, los estadounidenses deben votar en las elecciones de mitad de legislatura. Son las elecciones del que, según la Constitución norteamericana, debe ser el último mandato de Donald Trump. ¿Qué dicen las encuestas a un año vista? ¿Pueden los demócratas recuperar el control del Congreso? Si eso sucede, ¿será un freno para Trump? Y otra cuestión que flota constantemente en el ambiente político estadounidense: ¿Optará Trump a un tercer mandato? Aunque quizá, antes de responder a esa pregunta, habría que contestar otra: ¿Por qué se habla tanto de ello? Como en casi todo lo que tiene que ver con Trump, hay más estrategia detrás de la que parece.
Más información
La última encuesta de esta semana dice que Trump está en su momento más bajo de popularidad. Según el sondeo de Yougov y The Economist, el 58% de los americanos suspende la gestión del presidente. Solo el 39% la apoya. Pero hay otros dos datos preocupantes para Trump en términos demoscópicos. El primero es que entre los menores de 30 años, solo el 20% aprueba su gestión cuando en febrero era el 50%. Y el segundo es que el nivel de aprobación en economía y empleo está en el 35% y en lucha contra la inflación, más bajo aún, en el 31%. Los ciudadanos le suspenden sobre todo por la marcha de la economía y la evolución de los precios, es decir, por las dos razones que le auparon a la Casa Blanca. Sin embargo, Trump repite machaconamente que los precios están bajando, que la economía y las bolsas están subiendo y que tiene "los mejores números en las encuestas que he tenido nunca".
Aunque el presidente no está en las papeletas de 2026, las elecciones de mitad de mandato suelen ser un castigo para el inquilino de la Casa Blanca. Le pasó a Obama en 2014, al propio Trump en 2018 y a Biden en 2022. Todos los expertos coinciden en que es relativamente fácil que los demócratas recuperen el control de la Cámara de Representantes, pero muy difícil que se hagan con el Senado (se renuevan los 435 escaños de la Cámara de Representantes, pero solo un tercio del Senado, 33 asientos). Si los demócratas logran recuperar parcialmente el control del Congreso, teóricamente podrían complicar la vida legislativa a Trump, pero como el presidente está puenteando al Congreso a golpe de orden ejecutiva, tampoco está muy claro el efecto real que podría tener esa hipotética victoria.
Ahora mismo, los sondeos otorgan de media entre 2 y 5 puntos de ventaja a los demócratas, pero más allá de los números, porque aún falta un año, a los demócratas sí les preocupa el caldo de cultivo que está generando Trump con esas elecciones. El gobernador de California, el demócrata Gavin Newsom, cuyo nombre ya suena como candidato a la Casa Blanca en 2028, no para de denunciar que está intentando condicionarlas al máximo porque "quiere eliminar el voto por correo, cambiar las máquinas de votación que no le gustan y está preparando el terreno para declarar la emergencia con cualquier excusa" y así limitar el voto y las posibilidades de victoria demócrata. En definitiva, según Newsom, "Trump no cree en elecciones libres y justas, quiere amañar las elecciones de 2026".
"Trump será presidente en 2028"
No obstante, esta semana se ha hablado más de las presidenciales de 2028 que de las elecciones del año que viene. El entorno de Trump ha alimentado la duda de si intentará presentarse a un tercer mandato, algo expresamente prohibido por la enmienda 22 de la Constitución. Esa enmienda establece que no puede optar a un tercer mandato quien ya haya sido presidente dos legislaturas. Si la Constitución es tan clara, ¿de dónde viene este ruido? El origen está en una entrevista que concedió a The Economist el que fue asesor y estratega de campaña, Steve Bannon, una influyente figura de la extrema derecha que aseguró que "Trump será presidente en 2028". Cuando la periodista le recordó que la enmienda 22 de la Constitución lo impide, Bannon dijo que "hay varias alterativas, tenemos un plan y se conocerá a su debido momento".
Al avivar el debate de que Trump vuelva a presentarse en 2028, se mitiga el llamado efecto 'pato cojo' que afecta a todos los presidentes de Estados Unidos en su última legislatura. Si mantiene la duda de un tercer mandato, su poder se ve menos cuestionado por la proximidad de la fecha de caducidad ante, al menos, la duda de que pueda continuar. Los periodistas preguntaron a Trump por las palabras de Steve Bannon y respondió que "tenemos al vicepresidente J.D. Vance, al secretario de Estado, Marco Rubio, me encantaría poder presentarme, tengo los mejores números de la historia".
Una de las opciones que se ha barajado es que vaya como candidato a vicepresidente en 2028. Eso sí sería legal, pero Trump dice que "sería demasiado bonito, pero no lo haría, lo descartaría porque a la gente no le gustaría".
A Trump no hay que juzgarle por lo que dice, sino por lo que hace. Recordemos que dijo que no tocaría el edificio del Ala Este de la Casa Blanca y luego lo ha derribado entero para construir un salón de baile. A propósito del salón de baile y el tercer mandato de Trump, Gavin Newsom cree que lo primero explica las intenciones de lo segundo: "¿Quién se gasta 200 millones de dólares en construir un salón de baile y después se va de la casa?".

Miguel Á. Muñoz Encinas
He trabajado en todos los programas informativos de la SER (Hoy por Hoy, Hora 25, Hora 14, boletines...




