El director de cine que pidió a Salvador Dalí diseñar los sueños del protagonista

En 1945, Alfred Hitchcock estrenó Recuerda (Spellbound en su versión original), una película que no solo introdujo el psicoanálisis en el cine de Hollywood, sino que también dejó una de las escenas más oníricas y visualmente impactantes del cine clásico. Para lograrlo, el maestro del suspense recurrió a un artista tan singular como él: Salvador Dalí.

La secuencia clave de Recuerda es un sueño que atormenta al protagonista, interpretado por Gregory Peck. En él, aparecen cortinas llenas de ojos, un hombre con unas enormes tijeras que las corta, y una mujer ligera de ropa que besa a todos los presentes. Hitchcock quería que ese sueño no se pareciera a los típicos del cine, borrosos y oscuros. Su visión era otra: "Quería que se rodaran bajo un sol brillante, porque los sueños deberían ser luminosos", explicó el director. Y para plasmar esa intensidad surrealista, pidió trabajar con Dalí.

El productor David O. Selznick aceptó a regañadientes. Sospechaba que Hitchcock solo quería a Dalí por su valor publicitario, pero el director insistía en su capacidad para recrear la lógica ilógica de los sueños. Dalí diseñó los decorados y las imágenes de la secuencia, pero su intervención fue finalmente mutilada. Hitchcock tuvo que viajar a Londres antes de terminar el rodaje, y el director William Cameron Menzies completó la escena. Selznick, que detestaba la fama de excéntrico del pintor, recortó el montaje: de los 15 minutos originales, apenas quedaron un par.

Aquel sueño truncado se convirtió en una pieza de culto. Aunque Recuerda fue considerada durante años una obra menor de Hitchcock, con el tiempo ha sido reivindicada como una de sus películas más audaces. En ella confluyen el amor, el misterio, la culpa y los pasadizos oscuros de la mente humana. Y en su centro, una secuencia que, aunque mutilada, sigue brillando con la luz surrealista de Dalí.