Perder el trabajo o arriesgar la vida: el dilema de la guionista Diana Aller en una fiesta sin control a bordo de un avión
La guionista plantea una situación en la que se podría perder todo por hacer justicia

Perder el trabajo o arriesgar la vida: el dilema de la guionista Diana Aller en una fiesta sin control a bordo de un avión
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Madrid
En el último programa de La cena de los idiotés de Aimar Bretos han participado el actor Boré Buika, la guionista Diana Aller y los periodistas y escritores Ángeles Caballero y Manuel Jabois. En el caso del dilema que plantea la guionista, hay que ponerse en la piel de una trabajadora de una empresa de mucho prestigio que viaja en avión con compañeros de otras empresas lujosas a Nueva York.
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Esos compañeros se desmadran bebiendo y drogándose y, una de ellas, termina conduciendo el avión porque el dueño de la aerolínea –también perjudicado– presiona al piloto. Llegan a salvo al destino, pero la protagonista de la situación ha observado todo perpleja y no sabe si denunciarles o callarse, puesto que si la descubren, se quedaría sin trabajo.
En el caso de Caballero, admite "sería la persona que protestaría por los que están armando bulla". La periodista explica que no podría vivir esa situación con tranquilidad y que, antes de llegar al destino o denunciar, "cometería un delito". "Me daría un ataque de histeria o un accidente cardiovascular y no sé si llegaría viva", confiesa.
Caballero explica que los denunciaría de alguna forma o llamaría a Aimar Bretos para que lo contara, aunque se supiera que había sido ella, porque le vencería el "rencor de clase". "Yo una cosa de periferia la puedo tolerar, pero un conjunto de pijos haciendo cosas de pijos por las que no van a pagar ningún precio...yo sé que me va a costar, pero quiero que ellos también paguen", concluye.
En el caso del actor Boré Buika, explica que, en un principio, pensaría que no, pero terminaría denunciando porque tendría un malestar que no lo soportaría. Por otro lado, Jabois comienza bromeando sobre que él sería de los que iría desmadrándose en el viaje, pero admite que "denunciaría si pasase algo, pero que en ese caso estarían muertos", por lo que no lo haría. "No sé la razón exacta por la que no denunciaría, pero no avisaría. No tengo alma de llamar y de contar lo que ha pasado y que no ha tenido ninguna consecuencia", argumenta.
Bretos, sin embargo, sí que denunciaría, porque podría volver a repetirse esa situación: "Hoy han hecho esto, pero ¿mañana qué van a hacer?" Por último, la guionista y creadora del dilema afirma tajante que "no haría nada", porque "la persona que pilotaba era una persona conocida y te pueden hacer la vida imposible". A pesar de que admite que sufriría por ello, explica que sería superior a ella el miedo que tendría. "Cuando hay gente con poder, el miedo te puede", concluye Aller.
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