Las 'Leyendas' de Bécquer, terroríficas y sorprendentes
Con motivo de la fiesta de Todos los Santos, recordamos algunos de los relatos más impactantes de Bécquer

Las 'Leyendas' de Bécquer, terroríficas y sorprendentes
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Gustavo Adolfo Bécquer, nació en Sevilla en 1836 y murió en Madrid en 1870. Su verdadero nombre era Gustavo Adolfo Domínguez Bastida. Padeció tuberculosis y vivió en la penuria económica hasta que le nombraron censor de novelas y director literario de La ilustración de Madrid. Es el autor de 'Cartas desde mi celda' y 'Cartas literarias a una mujer', escritas en el monasterio de Veruela. Pero la cúspide de su producción son sus 'Rimas' y sus 'Leyendas', que tienen un lúgubre y sublime espíritu posromántico.
Las 'Leyendas' son un conjunto de narraciones de carácter posromántico publicadas en periódicos de Madrid entre 1858 y 1965. Podríamos clasificarlas por temas: las leyendas españolas de «tradición» cristiana, las orientales de «tradición» india, las fantásticas y de hadas, y las de misterio y terror. En Un libro una hora” les contamos cinco leyendas: 'La cruz del diablo', 'El beso', 'El monte de las ánimas', 'El Miserere' y 'Los ojos verdes'.
En la época en la que nace Bécquer se han empezado ya a consolidar el romanticismo y el liberalismo en Europa. Hay una aparente contradicción en la que se mueve la cultura del momento: por un lado, una abierta rebeldía contra toda norma, fundamentalmente contra los valores clásicos y la tradición, y por otro un nexo con la tradición y, por tanto, con la espiritualidad individual y colectiva de raigambre medieval, y con los valores del «pueblo», desde el folclore hasta las reliquias del arte y la arquitectura. Pero sobre todo destacan elementos de la psique humana como la pasión y los sentimientos, a los que se añade el sentido estético en la contemplación de la naturaleza.
El estilo de las 'Leyendas' supuso una renovación en la literatura de la época tan intensa y profunda como el de las Rimas. Ambas son precursoras de una nueva sensibilidad literaria, de un afán por traslucir por medio de un lenguaje estético una verdadera realidad poética. Las Rimas lo consiguieron con una técnica sobria y casi desnuda de artificio, las Leyendas lo logran con un verbo esencialmente pictórico y musical.
Las 'Leyendas' son un ejemplo, no el único, del grado de perfección alcanzado por Gustavo Adolfo Bécquer en el manejo de la prosa. Las leyendas son el género al que dedicó su talento de forma más continuada y relevante. En esta actividad no es un mero epígono del romanticismo, sino el auténtico antecedente de los modernistas, y ello quizá no tanto por el uso de unos temas (incluso los exóticos), cuanto por su voluntad clara de estilo y su «actitud» decididamente moderna. Es difícil encontrar en Bécquer la fantasía pura, pagana o de religiosidad meramente deísta. En esto Bécquer practica un tipo de relato que lo aproxima al costumbrismo, del que también fue muy asiduo escritor.
La veta misteriosa y de inquisición ultraterrena está constantemente ligada a sentimientos religiosos, y a través del velo de éstos Bécquer observa la realidad fantástica, la visión plástica y la temática moral de muchos de sus relatos. Es la cobertura más próxima que tiene y con la que él siente mayor afinidad. Era muy difícil construir desde España, con otros materiales, un mundo de fantasías en contacto con lo ultraterreno. Algunas veces lo intentó con incursiones a la mitología oriental o al fantástico mundo de los cuentos de hadas, pero incluso en este último caso el ambiente religioso cristiano está muy presente.
Este artículo contiene fragmentos de la introducción de Enrique Rull a la edición de Penguin Clásicos 'Rimas y Leyendas'.




