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Ocio y cultura

Antonio Mercero: "La ficción es una manera menos dañina de envolver la historia de España"

El escritor presenta su nuevo libro en 'La Ventana', que nace del hallazgo en Wallapop de un reloj fabricado por su tatarabuelo

Madrid

En el Día Internacional del Relojero, Antonio Mercero confiesa en La Ventana que su última novela, 'Está lloviendo y te quiero' existe gracias a un golpe de azar. "Encontré un reloj fabricado por mi tatarabuelo a 3.000 euros en Wallapop", relata. "La maravilla de esto es que, sin esa persona que lo publicó, yo no habría escrito esta historia". Aquel hallazgo se convirtió en el punto de partida de una saga familiar que atraviesa generaciones y que, según el escritor, "nació del vértigo, pero encontró abrigo en la ficción".

Un reloj que marca el tiempo y la memoria

Mercero explica que, al descubrir el reloj, no pudo escapar de la idea del pueblo, del padre y de su familia paterna. "Quería contar el siglo español desde Lasarte, narrar la Guerra Civil y la posguerra desde esa aldea", dice. Su propósito era desenterrar ese "manto de silencio" que cubrió a tantas familias durante décadas, "ya fuera por vergüenza, por humillación o simplemente por supervivencia".

El reloj, pieza real fabricada por su tatarabuelo, Ramón Mercero, a finales del siglo XIX, se convierte en metáfora del paso del tiempo. "Me preguntaba cómo era el tiempo entonces y cómo lo es ahora", comenta. Para él, la novela es también un "objeto literario", una forma tangible de explorar la herencia, la pérdida y la identidad.

"Hay que tener cuidado con el terreno de minas de la familia"

Aunque 'Está lloviendo y te quiero' tiene un fuerte anclaje real, Mercero asegura que la peripecia de los personajes es inventada. "A mi madre le dije que no se lo leyera, pero lo hizo y le gustó", cuenta entre risas. "No he roto lazos familiares, aunque hay que tener cuidado con el terreno de minas de la familia".

La novela recorre el siglo XX a través de varias generaciones: desde Domingo Yarza, el relojero de Lasarte, alcohólico y maltratador, hasta su biznieta Paula, una psiquiatra madrileña. "Las suyas son vidas marcadas por el sacrificio y la supervivencia. En la novela, Sabina, la mujer del relojero, dice: 'En ningún sitio pone que tengas que ser feliz'. La felicidad, como todo el mundo sabe, se esquiva".

Del hipódromo a la posguerra: un retrato de país

Mercero ambienta parte de la historia en el hipódromo de Lasarte, símbolo de una España en transformación. "Durante la Primera Guerra Mundial, Lasarte se convirtió en refugio de la realeza y la aristocracia", explica. "Allí Alfonso XIII tenía una cuadra de caballos y participaba en las carreras bajo el sello del Buque de Toledo. Fue el comienzo del cambio del pueblo y del valle hacia una época de gloria y decadencia".

Entre esas luces y sombras, el escritor reflexiona sobre el papel educativo de la ficción: "Creo en el efecto pedagógico de la ficción frente a la frivolidad de la banalidad. Es una forma menos dañina de abordar nuestra historia".

Herencia, humor y redención

La novela recoge también ecos personales. Mercero revela que su padre escribió un guion sobre su infancia en Guipúzcoa que nunca llegó a ver la luz, "probablemente por las consecuencias políticas de aquel momento". El título de ese guion, olvidado en un cajón, es el que hoy da nombre a la novela.

El personaje de Andoni Yarza, uno de los protagonistas, hereda rasgos de su padre: su cinefilia, su sentido del humor y su resistencia frente a la tristeza. "Mis personajes intentan arañarle a la vida algo de belleza. Mi padre siempre decía que si puedes hacer feliz a la gente, hazlo", afirma.

"Los escritores ya escribimos con referentes audiovisuales"

Guionista de profesión y uno de los tres autores que forman el colectivo Carmen Mola, Mercero reconoce que su escritura está marcada por el lenguaje audiovisual. "Los escritores ya escribimos con referentes de cine y televisión; tanto el escritor como el lector beben de ahí. Lamentablemente, el fragmento literario tiene hoy un aroma audiovisual".

Acostumbrado a escribir en trío, admite que el proceso en solitario cambia por completo. "Cuando firmas solo, todos los méritos y deméritos son tuyos", dice con naturalidad.

Con 'Está lloviendo y te quiero', Mercero firma una obra íntima y emocional, donde el tiempo, la familia y la memoria laten al ritmo de un viejo reloj. Y, como dice su personaje Sabina, quizá no haga falta ser feliz del todo; basta con "ir tirando en la vida que a cada uno le toque".