La estrategia de dos aventureras para ahorrarse una gran cantidad de dinero en su vuelta al mundo
Gracias a ese regalo, no han tenido que pagar alojamiento ni transporte
La estrategia de dos aventureras para ahorrarse una gran cantidad de dinero en su vuelta al mundo
Andrea Arranz y Carchín de Gregorio están recorriendo 17.000 kilómetros desde Madrid hasta Hanói, en Vietnam, en una furgoneta que les ha permitido cumplir un sueño y, al mismo tiempo, ahorrar miles de euros. Su historia, contada en SER Aventureros, es una lección de cómo la creatividad y la logística pueden convertir una aventura internacional en una experiencia accesible.
La clave de su ahorro está en el vehículo: una furgoneta que no tuvieron que comprar. "Hace diez años mi madre me la regaló para los campamentos de verano que organizamos", cuenta Carchín. "Lo que ella nunca imaginó es que acabaría cruzando Asia con ella". Gracias a ese regalo, no han tenido que pagar alojamiento ni transporte. "Nos hemos llevado medio Mercadona en la furgo", bromea Andrea. "Pagamos gasolina, alguna excursión… y poco más".
Ambas trabajan en empresas familiares, lo que les ha permitido tomarse 80 días libres para completar el viaje. "Tenemos que estar de vuelta en Navidad, pero nuestras familias nos han apoyado muchísimo", explican. El viaje, que comenzó como una idea lanzada entre cervezas, se convirtió en realidad gracias a su vínculo con Vietnam: llevan una década colaborando con un voluntariado en Sapa, en el norte del país.
La ruta, que atraviesa Europa y Asia de oeste a este, les ha llevado por lugares tan remotos como Kirguistán, Kazajistán o la frontera entre Georgia y Rusia. "Fue un shock ver a ucranianos atrapados en tierra de nadie, sin poder avanzar ni retroceder", recuerda Andrea. "Estuvimos siete horas esperando para cruzar. Fue duro".
Pero si algo destacan ambas es la generosidad de la gente. "La sorpresa ha sido la humanidad. En muchos sitios no compartimos idioma, pero hay gestos que no necesitan traducción", dice Carchín. "Te recuerda lo bonito que es el mundo y que, al final, ganan los buenos".
El plan para la vuelta también está pensado con cabeza: la furgoneta regresará en barco, dentro de un contenedor, mientras ellas lo harán en avión. "No vendemos esta furgoneta ni locas", aseguran. Además, están documentando todo en su blog Carandrius, con la idea de publicar un libro al regresar. "La experiencia lo merece", afirman.
Su historia, compartida también en Instagram y TikTok, es una inspiración para quienes sueñan con viajar sin arruinarse. Porque sí, se puede recorrer medio mundo con poco dinero. Solo hace falta una buena idea, una furgoneta, y muchas ganas de vivir.
En furgoneta hasta Hanói