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Pura vida y pura superación: el Reto Pelayo Vida culmina en Costa Rica su undécima edición

Verónica Guillén, Mapi Morón, Idoia Fernández y Toñi Delgado, supervivientes de cáncer de mama, ponen fin a diez etapas de dura aventura en tierras costarricenses

Verónica Guillén, Mapi Morón, Idoia Fernández y Toñi Delgado, supervivientes de cáncer de mama, en el final del Reto Pelayo en Costa Rica

Río Pacuare (Costa Rica)

Toñi, Idoia, Mapi y Vero descienden de sus kayaks junto a un embarcadero a pocos metros de la desembocadura del río Pacuare. Después de dejar sus remos, las cuatro atraviesan una zona arbolada. Un breve paseo de unos 200 metros siguiendo el sonido de las olas del mar. Caminan abrazadas. Sin soltarse e incapaces de articular palabra. Al fin ven el Caribe. Sus pies empapados tras una jornada pasada por agua pisan la arena de la playa y se mojan en la orilla. Reto conseguido. Las cuatro mujeres, con lágrimas en los ojos, miran al cielo emocionadas y gritan al unísono "¡Pura vida!", dos palabras que ya de por sí son una liturgia en Costa Rica, pero que para unas supervivientes de cáncer de mama que acaban de completar el Reto Pelayo Vida 2025, significa todavía más.

Desde las aguas del Pacífico a las del Caribe han transcurrido diez duras etapas, en las que sus miedos y dudas han llegado a aparecer en los momentos complicados, pero donde sobre todo ha florecido el esfuerzo, el sacrificio y el trabajo en equipo. Solo han mirado atrás cuando una compañera ha necesitado ayuda, ya fuera en las rampas más pronunciadas con la bicicleta de montaña, en las eternas travesías por la selva o cuando un rápido azotaba con violencia su embarcación.

Verónica Guillén, Mapi Morón, Idoia Fernández y Toñi Delgado, supervivientes de cáncer de mama, en el final del Reto Pelayo en Costa Rica

Para culminar la aventura, la etapa final une tres disciplinas. De primeras, un rafting de más de 20 kilómetros por el río Pacuare entre verdes cañones repletos de vida en su interior, al que sigue un tramo en bicicleta como transición para llegar hasta un embarcadero donde esperan cuatro kayaks. En ellos, las integrantes del Reto Pelayo Vida recorren los últimos kilómetros del desafío, rodeadas de árboles gigantescos que se lanzan sobre el agua y que parecen formar un pasillo de honor a las aventureras. Al final, la desembocadura del Pacuare y el mar Caribe, objetivo desde que hace seis meses comenzaran los entrenamientos de preparación, emergen como escenario de un momento que jamás olvidarán.

"Estamos muy orgullosas de lo que hemos hecho. Pero no solo de conseguir superar este reto deportivo, sino también de haberlo realizado siendo compañeras y convirtiéndonos en amigas". Es el mensaje de Mapi, Idoia, Vero y Toñi, que además de servir como inspiración para todas las mujeres supervivientes al cáncer de mama y para las que se encuentran actualmente en tratamiento, han conseguido superarse a sí mismas llegando hasta el final. El primer abrazo es para Eduina, la quinta pieza del Reto, y que ha acompañado a la expedición pese a su abandono de hace unos días. La celebración está dedicada a todas las que no pudieron superar la enfermedad, pero también las cinco quieren recalcar su agradecimiento a sus compañeros de vida, que convivieron en el día a día durante ese difícil proceso. Va también por Jose, Fernando, David, Pedro y David.

Las artífices de que el mensaje sobre la importancia del deporte antes, durante y después del cáncer llegue a la sociedad es de ellas, pero el Reto Pelayo Vida cuenta con más piezas para que el proyecto salga adelante. Fundamental ha sido el papel de Carlos Martínez, durante años médico en diferentes expediciones en el Himalaya, con un amplio currículum deportivo y en el ámbito de la medicina, y que ha dirigido la preparación de las participantes del Reto. La compleja producción ha corrido a cargo de Araceli Aranda, Marta Prado y Enrique González; la enfermera Marga Moreno ha velado por el estado de salud de toda la expedición; Raúl Vaquero, Armando Rey y Josu Andavert han inmortalizado la aventura y su labor verá la luz en 2026 en Amazon Prime Video; mientras que Laura Caldarola, Emilio Contreras (Marca) y la Cadena SER han tenido el privilegio de difundir el desafío en diferentes plataformas. Todo, con la inestimable ayuda de los guías, chóferes y demás personal local, que han demostrado la amabilidad, cercanía y calor de un país único en el mundo como Costa Rica, tremendamente rico en su biodiversidad y también en su calidad humana.