Soledad Gallego-Díaz: "Algunas dimisiones llegan a través de un proceso mezquino y otras son manifestación de auténticas heroicidades"

Madrid

Dimitir es sinónimo de renunciar, hacer dejación voluntaria de algo que se tiene. Se puede renunciar porque uno comprende ha hecho un pésimo uso de lo que se tiene y se puede renunciar por no soportar el dolor de los otros, que uno tuvo, o tiene, en su mano aliviar. Por eso, dimitir implica a veces situaciones totalmente dispares.

Algunas dimisiones llegan a través de un proceso mezquino y otras son manifestación de auténticas heroicidades. Hoy que estamos aplastados por una dimisión mezquina, déjenme comentar una dimisión heroica producida también estos días: la principal abogada militar de Israel, incapaz de soportar el dolor de los presos palestinos recluidos y torturados en una prisión israelí e incapaz de soportar la propia degradación de su trabajo, de lo que tenía, decidió hacer dos cosas importantes: primero, filtró informaciones, videos, sobre lo que estaba ocurriendo y que corría el peligro de acabar enterrado, y después, presentó su dimisión.

La abogada, que se llama Yifat Tomer, es una heroína y da su justo significado a una dimisión. Ha sido acusada de traición y detenida. Hizo lo que tenía que hacer para conservar su humanidad y mantener mínimamente viva la llama de la humanidad de su propio pueblo. La abogada Tomer corre un grandísimo riesgo personal e incluso físico. Un conocido comentarista israelí lanzó un mensaje en X que nadie ha considerado delito. Decía: “Podemos proceder al linchamiento”.