El impacto de la crisis de la vivienda en la alimentación de las familias más vulnerables: suponen el 70% del gasto mensual
Los españoles con dificultades económicas para pagar el alquiler tienden a consumir productos de peor calidad, incluso perjudiciales para la salud
El impacto de la crisis de la vivienda en la alimentación de las familias más vulnerables: suponen el 70% del gasto mensual
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La vivienda es la principal fuente de malestar para la población de nuestro país, según el informe Vivir la Desigualdad 2025 de Oxfam Intermón. Mientras que España sigue mejorando en las previsiones de crecimiento del Fondo Monetario Internacional (FMI), posicionándose entre las economías de la eurozona que más avanzará en los próximos años, los españoles siguen asfixiados, particularmente por una crisis de la vivienda que no parece encontrar una solución factible a corto plazo.
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El estudio de Oxfam Intermón pone a los españoles frente al espejo de la desigualdad. Más de la mitad cree que el Gobierno tiene herramientas suficientes para arreglar el ascensor social, que está averiado para la inmensa mayoría de los encuestados.
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'Baratoflación': lo barato sale más caro
Cuenta el Wall Street Journal que cada vez más estadounidenses empiezan a diluir el detergente y el friegasuelos para alargar su uso, que exprimen como nunca el tubo de la pasta de dientes y que sustituyen el pienso de sus perros por comida para gatos con tal de ahorrarse unos dólares al mes en la compra. Un ajuste del cinturón que se nota también desde hace tiempo en España.
La vivienda, directamente relacionada con la salud
Esa precariedad muestra una relación directa entre la dificultad para acceder a la vivienda o de hacer frente a los elevados precios del alquiler y la alimentación de las familias. Los alimentos de la cesta más básicos, como los derivados de los animales como la leche, la carne, los huevos y la mantequilla, son los que más han aumentado su precio en los últimos años, entre un 30% y un 50%. Adrià Rodríguez, investigador y técnico del Instituto de Investigación Urbana de Barcelona (IDRA), afirma que esto tienes efectos dañinos en la salud de las personas más vulnerables de nuestro país.
"Está directamente correlacionado con la especulación de la vivienda. La vivienda y la alimentación conjuntamente suponen en torno al 60&% o 70% del gasto mensual de los hogares. Está comprobado que cuanto más sube el precio de la vivienda y de los alquileres, más tienen que ajustarse las familias a productos alimentarios de peor calidad, incluso, en muchos casos, perjudiciales", indica. De ahí que una medida necesaria para garantizar una alimentación de calidad y proteger la salud de los ciudadanos es poner fin al círculo vicioso de la vivienda.
