El tribunal frena el intento del novio de Ayuso de implicar a Moncloa en la filtración del correo en el que reconocía sus delitos

El juicio que se sigue en el Tribunal Supremo contra el Fiscal General del Estado por la presunta filtración del correo electrónico en el que Alberto González Amador reconocía que había cometido dos delitos fiscales acoge este miércoles la fallida 'vía Moncloa' que quiso abrir el instructor, Ángel Hurtado.

La primera declaración ha sido la del dimitido secretario de los socialistas madrileños, Juan Lobato. Lobato recibió de Pilar Sánchez Acera un documento con la confesión del comisionista para que la usara políticamente contra Díaz Ayuso, mientras que el entonces secretario de Estado de comunicación, Francesc Vallés, le enviaba enlaces de noticias relacionados con el caso.

Lobato dice desconocer el origen de la filtración del mail de la Fiscalía. / CADENA SER

El abogado de Alberto González Amador es el que había propuesto la testifical de Lobato. Gabriel Rodríguez Ramos ha empezado tratando de implicar a Moncloa en la causa y el presidente del tribunal le ha cortado de raíz. Andrés Martínez Arrieta le ha recordado que esta línea de investigación está excluida de la causa porque así lo acordó la sala de apelaciones. Lobato ha dicho que no recibía instrucciones de Vallés, sino que eran consejos o indicaciones. El exlíder de los socialistas madrileños ha subrayado que usar ese documento le interesaba porque el presunto fraude fiscal de González Amador era el tema del día, pero que necesitaba saber el origen ere legítimo. A pesar de los intentos, nunca supo de donde salió el correo.

La llamada vía Moncloa la abrió el juez instructor, Ángel Hurtado. Sin ningún indicio que lo sostuviera inicialmente consideró que el correo que se investiga salió de Fiscalía General rumbo a la sede del Gobierno para acabar en los medios de comunicación. Sin embargo, cuando citó a declarar a Sánchez Acera y ella demostró que lo que tenía era un pantallazo de un documento distinto del que manejaba el Ministerio Público, su planteamiento se empezó a desmoronar. Cerró esta línea de investigación pero la recuperó en el auto con el que cerró la instrucción cuando dijo que el Fiscal General filtró el documento "siguiendo ordenes de Moncloa". La sala de apelaciones le corrigió por unanimidad. En un auto dijo que "ciertamente esa afirmación fáctica no ha sido acreditada con suficiencia por lo que su inclusión en el relato fáctico era prescindible" y añadió que "se censura que algunas de las declaraciones en el proceso hayan sido tomadas en consideración como un indicio de que la filtración de la información a la Presidencia de Gobierno procediera de la Fiscalía".