El experimento de Watson que cambió todo lo que sabemos sobre los traumas: "Me parece supercruel"

En el podcast Me pasa una cosa, la psicóloga Débora Murcia recuperó uno de los experimentos más polémicos de la historia de la psicología para explicar cómo se construyen los miedos y los traumas. "Watson quería demostrar que el miedo no es innato, sino aprendido", explicó.

Para ello, expuso a un bebé, conocido como el pequeño Albert, a varios animales, entre ellos una rata blanca, sin que mostrara ningún tipo de temor. Pero al asociar la aparición de la rata con un ruido fuerte y desagradable, el niño empezó a desarrollar una fobia que se extendió con el tiempo a otros estímulos similares. "Lo que consiguieron fue un humano con un montón de fobias", dijo Murcia. "Y por eso me parece supercruel".

El experimento, realizado a principios del siglo XX, se convirtió en un ejemplo paradigmático de cómo los traumas pueden instalarse en la mente a través de experiencias intensas y repetidas. "Muchos traumas no vienen de lo que nos pasa, sino de cómo lo interpretamos y de lo que nos enseñan a temer", añadió la psicóloga. "Y eso, como demostró Watson, puede marcarte para toda la vida".

Murcia lo relacionó con casos actuales en los que el miedo se instala por asociación, como el de Marta Caballero, invitada del programa, que desarrolló terrores nocturnos tras una experiencia vívida en la que creyó ver una figura oscura en su habitación. "Lo que haces es defenderte del trauma, pero no lo trabajas", explicó la psicóloga. "Hasta que no conectas con ese trauma y lo abordas, puede seguir afectándote".

El experimento de Watson, hoy considerado éticamente inaceptable, sigue siendo una referencia para entender cómo se origina el miedo. "Gracias a él sabemos que el miedo se puede aprender, pero también que puede desbordar a una persona si no se trata", concluyó Murcia.