Pablo Bustinduy: “Ojalá hubiera una conspiración para acabar con la pobreza. Se llama democracia”

El ministro de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, Pablo Bustinduy, ha participado en el último episodio del podcast Conspiradas, de Podium Podcast, donde ha respondido con humor y firmeza a las teorías de la conspiración que rodean a la Agenda 2030.

Bustinduy, preguntado por las acusaciones de que la Agenda 2030 es un plan para dominar el mundo, ironizó: “Ojalá fuera verdad esto que dicen, ¿no? Y hubiera una gran conspiración para acabar con la pobreza, con el hambre, que los niños coman bien, que respiremos aire limpio. Ojalá. Si lo hacen, se llama democracia”.

El ministro relató incluso cómo “hay un señor que viene todos los días al Ministerio a gritar contra la Agenda 2030”, y añadió que “ya de momento lo que te digo es que le saquen un café para que pueda desayunar ahora que viene el frío”.

Sobre el origen del rechazo a la Agenda, Bustinduy apuntó que “debe ser por el nombre, porque suena a película de James Bond”, y defendió que los objetivos que plantea son “de sentido común” y “corresponden a la democracia y la justicia social”.

También se refirió al escaso avance en los objetivos globales, reconociendo que “el resultado hasta ahora es un reflejo del poder que han acumulado las fuerzas reaccionarias en el mundo entero”. Y añadió: “La Agenda 2030 no es un pin en la solapa, es una serie de objetivos que tienen que ver con la educación pública, la igualdad de derechos, acabar con la pobreza y garantizar que el aire y el agua lleguen limpios a las siguientes generaciones”.

Bustinduy defendió el papel de su ministerio en temas como vivienda y consumo, señalando que “el Ministerio de Consumo está haciendo lo que tiene que hacer: defender a los consumidores, no los modelos de negocio de las grandes multinacionales”. Y criticó que “hay una élite rentista que se está forrando a costa de que la gente no llegue a fin de mes”. Haciendo alusión a su papel sobre las multas a Ryanair o Alquiler Seguro.

Finalmente, sobre el tratamiento mediático a los partidos a la izquierda del PSOE, el ministro fue claro: “No es una conspiración, es una operación. El PP montó una policía paralela ilegal para perseguir a sus adversarios políticos. Han hecho todo lo posible para hacerle la vida imposible a quien se metiera en política desde la izquierda”.